Parecía 0 a 0, pero apareció él. El "9" que vino desde el banco para poner la cabeza y llevar el delirio de victoria en el clásico a las tribunas de Sporting. Darío Gigena había ingresado pocos minutos antes, con esa misión. El gol.
Luego del centro de Romero y su cabezazo que fue lejos del arquero Miranda y se transformó en el gol del victoria, Gigena corrió hacia el banco de suplentes.
Con las rodillas en el césped estaba el DT, "Fito" Cuello, su amigo y quien lo convenció para que a los 38 años se pusiera la rojinegra y pelear juntos el título.
El abrazo del goleador con su técnico fue una de las postales más emotivas del clásico. No era para menos, Gigena llegó sobre el comienzo del certamen y, más allá de su extensa trayectoria y gran jerarquía apenas dispone de minutos en cancha, por eso el grito, el desahogo y la emoción.
Luego del triunfo y ya en zona de vestuarios del jugador atendió a cada uno de los periodistas que lo buscaron para obtener su palabra como gran protagonista de la tarde.
"Estamos muy contentos, ganamos el clásico a un gran rival y además nos quedamos con el "1" para los playoff", dijo el goleador surgido en Libertad.
En relación al desarrollo del partido sostuvo que fue muy trabado y que pudieron abrirlo con un gran centro de Romero, que sirvió para su gol. "Rosario hizo un buen partido, jugó con un solo delantero y pobló la mitad de la cancha. Fue un partido donde hubo que meter mucho", afirmó.
"No me está tocando jugar mucho porque tengo dos bestias adelante como el "Topo (Sabatini) y "Migue" (Sanhueza) que juegan muy bien, el gol fue una linda jugada que nos permitió destrabar un partido complicado. Rosario nos hizo un partido muy difícil, pero no nos guardamos nada y lo fuimos a buscar en todo momento".
Gigena elogió a su amigo y DT "Fito" Cuello. "Tiene mucho mérito, hoy leyó muy bien el partido y manejó de la mejor manera los cambios".
Pese a tener una extensa trayectoria que incluye Newell´s Old Boys, The Strongest de Bolivia y Cerro Porteño de Paraguay entre otro clubes además de pasos por México, Chile y hasta Arabia Saudita, la emoción del Mendizábal lo conmovió.
"Para un jugador es muy lindo sentir los aplausos y la ovación. Por mi parte vengo a sumar y dejar todo por el club, ya me queda poco como jugador porque tengo 38 años. Ojalá Diosito me escuche y pueda retirarme campeón", finalizó.
