Todos los años en esta misma fecha, conmemoramos el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. Tras 40 años de aquella fatídica guerra y ante el resplandeciente sol de la mañana y una brisa otoñal que corre desde el rio Paraná, nos encontramos con Héctor Joel Rodríguez, un ex combatiente de la guerra que nos rememora sus vivencias en vísperas al 2 de Abril.
Héctor Rodríguez pertenecía a la Primera Brigada Aérea El Palomar. En ese momento, se encontraba cumpliendo el Servicio Militar Obligatorio y que unos días antes de la guerra se encontraban en el cuartel, incomunicado junto a otros compañeros. Se les ordenó preparar sus pertenencias debido a que la situación en el país -sobre todo en plaza de Mayo- era insostenible.
Se les informó que deberían viajar primero a Comodoro Rivadavia y luego partir hacia las islas Malvinas para entrar en combate. Nos comenta que siendo de la Fuerza Aérea, una vez llegado tenía la función junto a otros de la defensa del aeropuerto, para tener una cobertura más segura de los bombardeos y dejar preparada la pista para que sea operable. Tras días de hambre y un frío “que calaba los huesos” y al caer preso del enemigo, lo llevaron por distintos puntos del pueblo.
En cuanto a su familia, nos comenta que estuvo incomunicado con ellos, a pesar de mandarles cartas. Se les había dicho que irían veinte días, que luego vendría un relevo y ellos volverían al continente: eso nunca sucedió. Las familias iban al regimiento a preguntar por sus familiares, y aquí toma otro color su historia.
A Héctor Joel Rodríguez lo dieron por muerto en combate. A sus familiares, les dijeron que cayó en el Bombardeo del 1° de Mayo. Fue entonces que cuando lograron volver, la Fuerza Aérea los dejó en Resistencia (Chaco) y luego arribaron a dedo hasta Posadas, “con una mano atrás y otra adelante”. Cuando finalmente pudo llegar a su casa, su padres “casi se mueren de un infarto”, dice -hoy- entre risas. Y aquí es donde finalmente se enteró que las cartas y regalos que sus padres le habían mandado nunca llegaron.
Hoy Héctor se reúne junto a otros veteranos en la plaza Teniente Estévez en la ciudad de Posadas, donde se erige un pequeño edificio donado por la Municipalidad y donde anteriormente funcionaba un museo de los ex combatientes, que tras sufrir más de una vez actos delictivos donde se robaron sus pertenencias, lo cerraron. Tenía el objetivo de dar a conocer a la población los sucesos históricos transcurridos en la guerra de Malvinas.
El edificio hoy sirve como lugar de encuentro de ex combatientes que llevan adelante charlas en las escuelas o en distintos organismos, con el objetivo de que la sociedad escuche en primera persona los relatos de aquellos que jugaron su vida en defensa de una sociedad que “poco conocimiento retribuye” a estos protagonistas, y al proceso histórico de la guerra llevada adelante en aquel entonces.
Al respecto de qué es Malvinas hoy, qué puede contarnos respecto a cómo siente o recuerda el momento, a tantos años, dice: “Más que 40 años, son los recuerdos que vuelven a la mente hoy”, afirmando que es muy diferente “lo que éramos los jóvenes de ese tiempo a los jóvenes de ahora. Todo el patriotismo, la soberanía, todo eso se fue perdiendo en un lapso tan corto a la fecha”.
En este sentido, sobre sus compañeros y su papel en la batalla, confirma que: “Hoy en día rememoramos y conmemoramos a los compañeros que quedaron en la turba malvinera allá, pero tenemos muy claro los méritos que hicimos para lograr el objetivo”.
Para finalizar, menciona que “mucha gente desmerece lo que hicimos”. Para él, como para sus compañeros, “fue grandioso lo que hicimos con la juventud que teníamos”, cerró.