Este lunes, los habitantes de Posadas, Garupá y Candelaria se encontraron con una sorpresiva suspensión del transporte público debido a una medida tomada por los choferes ante el retraso en el pago de sus haberes.
El servicio estuvo paralizado durante las primeras horas de la mañana, lo que obligó a miles de usuarios a buscar alternativas para trasladarse. Algunos caminan largos tramos, mientras que otros optan por taxis y servicios de transporte privado, que operan con tarifas más altas debido a la elevada demanda.
Sin embargo, pasadas las 7 de la mañana, las unidades comenzaron a salir de sus respectivas cabeceras y el servicio se normalizó. Según algunos conductores, no se trata de un paro, sino de una “asamblea”. No obstante, para los usuarios afectados, la diferencia era irrelevante.
Hasta el momento, ni las tres empresas prestatarias del servicio ni el gremio que representan a los trabajadores emitieron comunicados oficiales explicando la situación o detallando posibles soluciones para evitar nuevas interrupciones.
El episodio dejó a muchos ciudadanos molestos y preocupados ante la posibilidad de que estos inconvenientes se repitan en el futuro.