Un impresionante hallazgo ocurrió en la Patagonia Argentina cuando científicos descubrieron una nueva especie de reptil marino. Este ejemplar, con una longitud estimada de siete metros, promete revelar valiosos conocimientos sobre la historia evolutiva de los animales y proporciona datos claves para comprender diversos aspectos del pasado marino de la región.
Cómo es el reptil que encontraron en la Patagonia
Los investigadores argentinos descubrieron un nuevo plesiosaurio, un reptil de alrededor 75.000.000 de años de antigüedad, que fue hallado en la isla Marambio durante la Campaña Antártica de Verano de 2018. Pertenece al grupo de los elasmosáuridos, una nueva especie, bautizada como Marambionectes molinai.
Lo increíble de este descubrimiento fue que se conservó un elemento que no suele encontrarse en otras investigaciones, que es parte del cráneo. “De este grupo de animales, se conocen muchos ejemplares, pero muy poco de la historia evolutiva. El hecho de que estuviera más completo de lo que suponíamos, respecto a cuando empezamos las excavaciones, hizo crecer la expectativa en el equipo de que hubiese material craneano, cosa que finalmente sucedió, con el hallazgo de dientes parte de la región occipital y parte de la mandíbula”, explicó José O’Gorman, doctor en Ciencias Naturales e integrante del equipo de trabajo, a la Agencia CTyS-UNLaM.
Importancia del descubrimiento
Según explicó el investigador, la magnitud de la investigación radica en el hecho de que representa gran dificultad que se conserve esa parte del fósil. “Hablamos de un animal que tenía unos seis o siete metros, con 48 vértebras cervicales, pero cuyo cráneo estaba anclado a unos huesos de unos cuatro centímetros de largo. Al morir los animales, quedaban flotando en el mar y los cráneos eran los primeros que se desarticulaban”, indicó.
En esa misma línea, agregó que los cráneos brindan información sobre la alimentación del animal, las capacidades sensoriales y aporta datos para los análisis filogenéticos, es decir, para analizar las relaciones de parentesco de la especie con otras.
Cómo fue el descubrimiento
O´Gorman fue quien realizó el hallazgo del plesiosaurio definiendo al descubrimiento como “suerte”. “Uno puede ir de campaña y no encontrar absolutamente nada. En este caso, estaba terminando el día, de vuelta al refugio, cuando pateo una roca que termina siendo una vértebra caudal, una vértebra de la cola. Allí comenzó el proceso para desenterrar al ejemplar”, recordó.
Luego del descubrimiento, realizó la excavación de todos los huesos, el embalaje y la rotulación, en medio de un clima antártico con temperaturas desafiantes: “De la base en la Antártida mandamos todo el material al Instituto Antártico Argentino, en Buenos Aires y, de allí, a la provincia de Neuquén, donde también fueron preparados (se limpiaron los huesos, retirando la roca), proceso a cargo del Dr. Juan Canale (Museo Ernesto Bachmann) y luego analizados y estudiados”, indicó O´Gorman,
Con respecto a la geocronología del reptil, es decir, al momento en que el animal vivió, se descubrió que habitó antes de la extinción masiva de los dinosaurios, a finales del período Cretácico. Su descubrimiento proporciona una valiosa información sobre la diversidad marina en aquellos mares prehistóricos y sobre los acontecimientos que ocurrieron en ese momento.
Por su parte, agregó el investigador: “Además, los análisis filogenéticos realizados muestran como Marambionectes molinai relacionado con otro grupo de elasmosáuridos, que, en aquel momento, estaban empezando a desarrollar una forma de alimentación muy semejante a las ballenas actuales, mediante la filtración. Por lo tanto, es un hallazgo que nos da muchísima alegría, poder encontrar esta pieza que nos permite abordar peguntas sobre la historia evolutiva de estos organismos”.
Por último, O´Gorman comentó: “En definitiva, no hablamos de un hallazgo puramente casual, sino el fruto de un proceso de trabajo de décadas. Un esfuerzo continuado que se ve premiado con resultados claves para comprender la historia del territorio antártico”.