A casi un año de gestión de Javier Milei, el tablero de la Cámara de Diputados luce reconfigurado y representa un desafío tanto para el Gobierno como para la oposición. Hay nada menos que 19 fuerzas, entre bloques y monobloques, y prácticamente todas sufrieron cambios desde que asumió La Libertad Avanza hasta hoy. Movimientos, rupturas y alianzas son el sello de un recinto dinámico donde las mayorías se construyen tema por tema.
La discusión interna sobre cómo posicionarse frente a Milei está candente en la oposición. Así puede verse tanto en las votaciones (salvo la izquierda, todos los bloques sufrieron divisiones alguna vez) como en la composición de las fuerzas. El oficialismo, en franca minoría, no estuvo exento y también atravesó su propia crisis.
Unión por la Patria se consolida, por lejos, como primera minoría con 99 integrantes, aunque la posibilidad de fugas permanece latente. El jefe del bloque, Germán Martínez, trabaja para que la interna del Partido Justicialista (recientemente zanjada en la Justicia) y la puja entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof no impacten en su bancada, donde conviven cristinistas, peronistas que reportan a gobernadores, massistas, sindicalistas y militantes sociales.
El bloque padeció, en enero, la baja de tres tucumanos que reportan al mandatario Osvaldo Jaldo y acompañaron la Ley Bases de Milei. Aunque también hizo guiños el catamarqueño Raúl Jalil en distintas votaciones, sus cuatro diputados siguen adentro. Ahora la tensión se da con algunos diputados que integraron la fallida lista de Ricardo Quintela para el PJ, entre los que se encuentran Victoria Tolosa Paz y Santiago Cafiero.
Después de Unión por la Patria se ubica La Libertad Avanza con 39 miembros. Martín Menem, titular de la Cámara, y Gabriel Bornoroni, jefe del bloque, tienen la total confianza de Karina Milei. La convivencia interna está más controlada desde que se diluyó la investigación sobre la visita de una comitiva a represores presos. Ese escándalo provocó la estruendosa salida de la mendocina Lourdes Arrieta.
Los libertarios tuvieron altas y bajas. Sumaron formalmente a José Luis Espert, y le arrebataron una banca al PRO (el mendocino Álvaro Martínez) y otra a Encuentro Federal (la misionera Florencia Klipauka). Gestiones de Karina Milei mediante, recuperaron también a la bonaerense Carolina Píparo, quien se había ido del bloque con duras acusaciones.
Por el contrario, el bloque perdió en abril a quien fuera su líder, Oscar Zago, y otros dos diputados (la cordobesa Cecilia Ibáñez y el bonaerense Eduardo Falcone), con quienes se conformó el MID (Movimiento de Integración y Desarrollo), un espacio aliado al Gobierno. Aunque el MID siempre buscó formalizar un interbloque con el PRO, esas gestiones nunca se concretaron.
El bloque de Cristian Ritondo cuenta con 37 miembros y también tiene sus discusiones internas sobre el nivel de apoyo al Gobierno. En minoría, el sector bullrichista es el más mimetizado con los libertarios y se diferenció del resto cuando se negó a rechazar el DNU de la SIDE. No obstante, ninguno se fue del PRO. Quienes sí se mudaron hacia el bloque de Miguel Pichetto fueron Oscar Agost Carreño (cuestionado por el expresidente Mauricio Macri) y dos representantes de los gobernadores de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, y de Chubut, Ignacio Torres.
Por debajo se ubica, con 20 diputados, la UCR de Rodrigo De Loredo, que acaba de sufrir un cimbronazo con la partida de 13 radicales: 12 conformaron un nuevo bloque llamado Democracia para Siempre, que reporta a Martín Lousteau y Facundo Manes, mientras que uno más, el santafesino Mario Barletta, conformó un monobloque.
La ruptura terminó de blanquear una división que ya se transparentaba en las votaciones. De un lado quedaron identificados como aliados los radicales más predispuestos a colaborar con Milei (entre ellos, los cinco que ayudaron a sostener los vetos presidenciales). En la otra vereda quedaron aquellos con un perfil más opositor, aunque no del todo obstruccionista. El Gobierno está obligado a negociar con ellos.
En su primera semana de vida, Democracia para Siempre, conducido por el bonaerense Pablo Juliano, jugó en tándem con Encuentro Federal, el bloque de Pichetto donde recala el oficialismo cordobés. Firmaron juntos los dictámenes sobre privatización de Aerolíneas Argentinas y reforma a la ley de DNU, y comparten un ánimo de marcarle la cancha al Gobierno.
La relación entre radicales díscolos y Encuentro Federal fluye. Las voces más optimistas se entusiasman con crear un interbloque, lo cual le generaría al Gobierno un dolor de cabeza. Este espacio incluso podría tener un correlato electoral: es lo que imaginan en el armado nacional del exgobernador Juan Schiaretti, quien dialoga con Manes y Lousteau. Otras miradas más cautelosas prefieren esperar o no ven necesario formalizar una alianza. Por ahora, Democracia para Siempre prefiere consolidarse como bloque y mantener la identidad radical.
Innovación Federal es otro bloque decisivo al momento de las votaciones. Tiene ocho legisladores que reportan a los gobernadores Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones) y Alberto Weretilneck (Río Negro). Por la vía de ausencias y abstenciones, Innovación colaboró para dejar firmes los vetos. Meses atrás, se encaminaban a un interbloque con Encuentro Federal, pero Sáenz lo frenó.
Con 16 integrantes, el bloque de Pichetto es el más diverso de todos. Salvo el socialismo y la cordobesa Natalia De la Sota, colaboró con la Ley Bases (donde forzó importantes cambios) pero luego pasó a marcarle límites a Milei al impulsar el rechazo al decreto de fondos reservados para inteligencia y, más recientemente, la reforma de la ley de DNU para recortar el poder del presidente.
En abril sufrieron la baja de la Coalición Cívica, que tiene seis integrantes. Por ahora, los “lilitos” no piensan en volver. El bloque dirigido por Elisa Carrió (muy crítica de Milei) también se muestra como “oposición responsable”. En los últimos días sacó a la luz una interna inesperada por la privatización de Aerolíneas Argentinas.
La Cámara se completa con los cinco del Frente de Izquierda, que rechazan cualquier iniciativa de Milei; diputados manejados por gobernadores de sellos provinciales que forman pequeños bloques y se posicionan tema por tema (dos santacruceños de Claudio Vidal, dos sanjuaninos de Marcelo Orrego y un neuquino manejado por Rolando Figueroa) y una tucumana aliada al Gobierno, Paula Omodeo.