Javier Milei dejó para el final de su discurso la carta que tenía guardada. Después de lanzar un torrente de agravios contra gobernadores, legisladores, sindicalistas, empresarios y medios de comunicación, el presidente anunció que convocará a mandatarios provinciales, expresidentes y líderes políticos a firmar un nuevo pacto nacional el 25 de mayo en Córdoba, aunque puso como condición la aprobación de la “ley ómnibus” que fracasó en las sesiones extraordinarias.
“Pacto de Mayo”, fue el título con el que Milei bautizó el documento de diez puntos donde figuran, entre otros, el equilibrio fiscal “innegociable” y la rediscusión de la coparticipación federal. El presidente citará para la semana próxima a los 23 gobernadores y al jefe de Gobierno porteño a la Casa Rosada con el fin de sellar un “preacuerdo”, que también ligó a la firma de un nuevo pacto fiscal con las provincias.
Fue la principal definición que dejó Milei en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso. “La confrontación no es el camino que queremos ni el que elegimos. Hay otro camino posible, un camino distinto, un camino de paz y no de confrontación. Un camino de acuerdo y no de conflicto. Acuerdo sí; no el consenso contra el cambio”, afirmó el jefe de Estado, antes de admitir que no tiene “demasiadas esperanzas” en que el pacto prospere.
Milei leyó un discurso de poco más de una hora donde, lejos de poner paños fríos, subió el nivel de confrontación, defendió sus primeras medidas y se empeñó en remarcar que “ha habido más motosierra para la política” que para las clases medias y bajas. “Durante nuestros primeros 82 días en funciones hemos llevado adelante el programa de gobierno más ambicioso del cual se tenga memoria”, destacó.
El presidente le imprimió su marca a la Asamblea Legislativa. Eligió portar la banda y el bastón presidenciales (un gesto inhabitual) e ingresó al recinto decorado con banderas argentinas por el extremo derecho en lugar de hacerlo por el centro, hacia el estrado principal, donde se ubicaron la vicepresidenta Victoria Villarruel y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
Parado en el atril que hizo instalar al mejor estilo estadounidense, Milei pronunció con tono monocorde un discurso de 14 páginas, interrumpido en varios pasajes con aplausos efusivos de los legisladores de La Libertad Avanza y el PRO, entre los que sobresalió el jefe del bloque macrista, Cristian Ritondo.
“Esa Argentina despertó, asistió a las urnas y puso en la Presidencia a un hombre recién llegado a la vida política, que conduce una fuerza política nueva, que puede no tener mayorías parlamentarias, ni intendentes, ni gobernadores, pero que sabe lo que tiene que hacer, sabe cómo hacerlo y tiene la convicción para hacerlo”, fue uno de los fragmentos más celebrados.
A excepción del PRO, el resto de los bloques escuchó con serenidad al presidente. Los legisladores radicales habían decidido no levantarse de sus bancas sea cual fuese el mensaje, al igual que Hacemos Coalición Federal, la bancada de Miguel Pichetto. En Unión por la Patria tampoco respondieron con gritos; el único que se diferenció fue el diputado Mario “Paco” Manrique, secretario adjunto de SMATA, quien escuchó el discurso de espaldas.
El mensaje tuvo diferentes momentos. Arrancó con un repaso lapidario de la herencia de “los últimos 20 años”. “Han sido particularmente un desastre económico, una orgía de gasto público, emisión descontrolada que tuvo como resultado la peor herencia que ningún gobierno en la historia Argentina haya recibido jamás”, describió.
Milei habló luego de “un sistema que solo puede generar pobres y a costa de ellos produce una casta privilegiada que vive como si fueran monarcas, que llega a absurdos obscenos de impunidad”. Para ejemplificar eligió a la UCR y Gerardo Morales por el encarcelamiento de dos hombres que publicaron mensajes sobre una supuesta infidelidad de la mujer del exgobernador. “Ofende el silencio de aquellos que se dicen republicanos”, remató Milei.
A la vez, resaltó las primeras medidas de gestión en distintas áreas y pronosticó que “pese a que aún quedan algunos meses de alta inflación, la misma seguirá cayendo fuertemente y la salida del cepo estará cada vez más cerca”. El responsable de Economía, Luis Caputo, estuvo presente junto a otros siete ministros y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, en la bandeja lateral derecha. La única ausente fue la canciller Diana Mondino, por el casamiento de su hijo.
Al lado del Gabinete se ubicaron los cuatro jueces de la Corte Suprema de Justicia, a quienes Milei saludó al final con un apretón de manos. Del otro lado, siguieron la ceremonia, inalterables, los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba), Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Claudio Poggi (San Luis), Marcelo Orrego (San Juan), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Sáenz (Salta), Carlos Sadir (Jujuy), Raúl Jalil (Catamarca) y Hugo Passalacqua (Misiones).
Leyes “anticasta”
Además del “Pacto de Mayo”, Milei anunció que enviará al Congreso un paquete de “leyes anticasta” para “profundizar la misión de terminar con los privilegios de la política y sus amigos”. La eliminación de las jubilaciones de privilegio para presidente y vice y la “ficha limpia” para prohibir que sean candidatas las personas condenadas por corrupción en segunda instancia fueron dos de las iniciativas enumeradas.
Además, en una propuesta que parece estar dirigida a la expresidenta Cristina Kirchner, buscará que todo exfuncionario público con condena firme en segunda instancia por delitos de corrupción pierda automáticamente cualquier beneficio que tenga por haber sido funcionario.
Por otra parte, impulsará que en los sindicatos haya “elecciones periódicas, libres y supervisadas por la Justicia Electoral” e intentará limitar las reelecciones indefinidas y la duración de los mandatos. Otra reforma laboral buscará que los convenios específicos primen sobre los convenios colectivos.
Asimismo, propondrá eliminar el financiamiento público de los partidos políticos, para que cada partido tenga que solvertarse con aportes voluntarios de donantes o afiliados propios. Fue uno de los anuncios más aplaudidos. Por otra parte, recortarán la cantidad de asesores de los legisladores nacionales y descontarán la jornada del sueldo a los empleados estatales que no vayan a trabajar por motivo de paro.
El último ítem del paquete “anticasta” consistirá en penalizar al presidente, al ministro de Economía, a los funcionarios del Banco Central y a los diputados y senadores que aprueben presupuestos que contemplen financiar el déficit fiscal con emisión monetaria, porque “genera inflación”. Será un delito imprescriptible, como los de lesa humanidad.