El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, fue procesado la semana pasada por abuso sexual y el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, habló al respecto en una entrevista con el diario español El País.
Desde el medio le consultaron si considera que el funcionario tiene que pedir licencia o renunciar y cuál es su evaluación de la gravedad del hecho.
“La versión que leí de Fernando es que la fiscalía le pidió dos veces sobreseimiento. El procesamiento no significa su condena. Tendrá que dar su respuesta a la justicia”, respondió el diputado.
El entrevistador le repreguntó si el hecho de dejar el cargo era una “decisión individual” y si acaso no pesa que forme parte del peronismo bonaerense, conducido por el hijo de Cristina Kirchnher.
“Que sea el presidente del PJ no me transforma en el emperador del PJ. Deberá reunirse el Consejo, discutir y hablar con él. Él dice que es mentira. No soy ni juez ni fiscal ni conozco la causa. El feminismo vino a corregir y cambiar muchas prácticas y nosotros le prestamos mucha atención. En nuestra organización, compañeros han pasado por protocolos por el trato no debido a compañeras. Es una conversación profunda”, cerró.
“Fue uno de los peores momentos de mi vida”
La denunciante de Espinoza, Melody Rakauskas, le brindó una entrevista a LN+, en la que contó detalles de lo que vivió desde el momento en que sucedió el supuesto abuso.
Rakauskas indicó que accedió al puesto de secretaria del intendente mediante el contacto que hizo un exnovio suyo. El hombre le habría dicho que “no se niegue” a cenar con el mandatario, que era una práctica habitual y que él “no desconfiaba” de cómo se podría comportar Espinoza.
“Me cuesta mucho decirlo. Me cuesta horrores, pero me parece que me entrega. No puedo afirmarlo, pero creo que queda muy obvio”, dice la mujer respecto de su expareja.
“‘No quiero que me toques, no me toques. Salí de encima mío’”, comentó la denunciante sobre lo que fue su reacción ante el abuso, a la que señaló como “una batalla cuerpo a cuerpo”. “No tuvo piedad, esa noche fue horrible... Fue uno de los peores momentos de mi vida”, aseguró.
A partir de entonces, lo que sucedió lo describe como una pesadilla, ya que se sentía insegura trabajando en la Municipalidad y tenía miedo de que algo le pasara. Ese temor, dice, perdura hasta hoy.
“A mí me costó horrores denunciar. Me costó hasta amenazas de muerte. Tuve que soportar de que me dijeran que tenía los días contados, si denunciaba o si me portaba mal o no me portaba de la manera que ellos querían”, subrayó.