Entre la feroz interna por la visita a represores presos en Ezeiza, los reproches que recaen sobre Martín Menem, el rechazo unánime de la UCR y Hacemos Coalición Federal al DNU que aumentó los fondos reservados para tareas de inteligencia y el “no” de Mauricio Macri a la candidatura de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia, La Libertad Avanza enfrenta su peor momento en el Congreso desde que Javier Milei llegó al poder.
El bloque de diputados se reunió el último martes y barrió bajo la alfombra la polémica por la entrevista con genocidas: nadie polemizó con la convocatoria ni tampoco se acordó una estrategia para contrarrestar la ofensiva que prepara Unión por la Patria para la sesión del próximo miércoles, donde buscarían crear una comisión especial para determinar si corresponde la expulsión de los legisladores.
En el encuentro que mantuvo La Libertad Avanza, el bonaerense Guillermo Montenegro, quien supo ser el principal operador político de la vicepresidenta Victoria Villarruel e integró la comitiva que se trasladó al penal, reiteró ante sus pares la idea de una “visita humanitaria” y nadie salió a replicarlo. Menem y el jefe de la bancada, el cordobés Gabriel Bornoroni, se limitaron a decir que existió una “operación de prensa”.
No obstante, dejaron sus sillas vacías dos jóvenes diputadas que dicen haber ido “engañadas” a Ezeiza: Rocío Bonacci (su partido, Unite, fue el soporte electoral de Milei en Santa Fe) y Lourdes Arrieta (ahora a cargo del armado partidario en Mendoza, con denuncias de afiliaciones falsas).
La santafesina, que amenaza con abandonar el bloque oficialista, afirmó que la visita a la cárcel “aparentemente tenía el ok de Menem y de Casa Rosada”, aunque el presidente de la Cámara sostiene que fueron “actos individuales”. Y la mendocina sugirió que Beltrán Benedit, el diputado entrerriano que organizó el evento, trabaja en un proyecto para otorgarles a genocidas la prisión domiciliaria.
Por si fuera poco, otra diputada que viene de chocar con Menem, la periodista Marcela Pagano, organizó para el próximo martes un evento que contrasta con la visita a represores: convocó a legisladoras de distintos bloques a entregar una placa homenaje al Equipo Argentino de Antropología Forense “por sus 40 años de labor y compromiso incansable en la identificación de víctimas de la dictadura argentina”.
El acto se hará en la Iglesia de la Santa Cruz, en el barrio porteño de San Cristóbal, donde también se realizará una ofrenda floral en homenaje a las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, que fueron secuestradas por Alfredo Astiz, uno de los represores que se entrevistó con diputados. Participará el embajador de Francia, Romain Nadal.
Aliados marcan distancia
Sumado a sus problemas internos, el oficialismo padece la distancia que empiezan a marcar los bloques dialoguistas, con ciertos matices, tras haber acompañado la “ley Bases”. Un diputado de ese espectro lo definió como la “dignidad reprimida” y amplió: “Lo dice la física: lo que se reprime, se termina expandiendo”.
El DNU que asignó $100.000 millones a la SIDE (Secretaría de Inteligencia) para gastos reservados marcó un límite en el ánimo colaborativo: tras discutirlo puertas adentro en sendas reuniones esta semana, la UCR y Hacemos Coalición Federal se abroquelaron en torno al rechazo y dejaron al decreto a tiro de ser rechazado en Diputados.
Primero pedirán que el DNU se trate en la reunión que mantendrá el próximo jueves la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, dado que su presidente, el senador libertario Juan Carlos Pagotto, no incluyó el decreto en el temario. Los dialoguistas ya piensan en pedir una sesión especial en la Cámara baja para la semana siguiente.
El clima no solo está caldeado por el DNU sino también por los “destratos” que en el bloque de Miguel Pichetto le achacan a Menem, sobre todo después de que los dejó afuera de la Bicameral de Inteligencia. “Nunca nos trataron bien, nos ningunearon”, se quejó un integrante de esa bancada, que advierte que en el Congreso “no se puede ejercer la verticalidad, porque un diputado es un par”.
Pichetto convive con la tensión entre su histórica vocación oficialista y el malestar por los insultos de Milei, que quedó plasmado en un comunicado donde se le exigió al presidente “empatía y respeto” y que ofrezca “disculpas públicas” a Ricardo López Murphy, quien acaba de sufrir la pérdida de su hija.
En el Senado la cancha también está embarrada: en el marco de su asunción como presidente del PRO, Macri encontró un elemento concreto para diferenciarse de Milei: sostuvo que la nominación de Lijo para la Corte Suprema “es un error” y le dijo al presidente en la cara que “no entiende” por qué nominó “a alguien que ya genera un debate enorme”.
Macri avisó que “la mayoría de los senadores del PRO van a votar en contra” del pliego de Lijo. Uno de ellos es el cordobés Luis Juez, jefe del bloque, quien hace tiempo le adelantó su posición a Milei. De esa manera, La Libertad Avanza se aleja aún más de los dos tercios necesarios para designar al juez: depende de Unión por la Patria, la UCR y bloques provinciales.