Los últimos números dados a conocer por el Indec marcaron una inflación del 7,4% en julio: la más alta de los últimos 20 años. Por supuesto, el contexto impacta de lleno en los ciudadanos de los que, en una encuesta realizada por la consultora Managemente & Fit, un 80% reconocer haber modificado sus hábitos de consumo.
Se analizaron 2.200 casos en todo el país, que fueron relevados entre el 29 de julio y el 11 de agosto. La consultora a cargo tiene clientes como los gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Incluso llegaron a estar cerca de Sergio Massa, aunque no actualmente.
El estudio de M&F repite tres ejes sobre los que viene trabajando desde que asumió la gestión de Alberto Fernández. Para un 80% de los encuestados la situación actual es peor que hace un año atrás. Y de cara al futuro, si bien prevalece el rojo, el pesimismo baja a un 58,7%. Y marcan unos 5 puntos menos que la medición anterior.
En cuanto a los principales problemas del país, sigue primera y cómoda la inflación, con casi el 40% de todas las menciones. La mirada sobre la corrupción llegó a un 29,2%. En este caso, podría estar influyendo el actual juicio por la obra pública que tiene a Cristina Kirchner como principal acusada.
Cambios de hábitos
Al momento de preguntarle a la gente si cambió hábitos ante el actual escenario económico, con la inflación como protagonista principal, la respuesta es contundente:
- Un 52,7% dice que cambió “mucho” y un 27,5%, “algo”. Es decir, un 80,2% reconoce que tuvo que modificar sus conductas por la suba de precios.
- Del otro lado, apenas un 10,2% asegura que varió “poco” y 6,3% “nada”. Completó un 3,2% de “no sabe”.
En cuanto a qué rubros se vieron más afectados, un 51,1% contestó que debió adaptarse en lo básico: la “compra de alimentos”. La lista continuó con “ocio, consumos culturales” (14,9%) e “indumentaria” (8,7%).
Acerca de cómo se ponen en práctica las modificaciones en los hábitos de consumo, un 37,7% tuvo que “buscar más promociones y descuentos”, un 29,3% se “adaptó a consumir menos que antes” y un 20,5%, a “consumir segundas marcas”.
Cómo afectó la llegada de Sergio Massa
Otro punto importante del sondeo giró en torno a las expectativas con la llegada de Sergio Massa. En este caso, La mirada también muestra, en general, bastante de resignación y pesimismo.
Un 63,8% por ejemplo, considera que la alianza oficialista “seguirá igual” (44%) o “se debilitará” con la asunción del nuevo ministro. Por otro lado, un 25,1% opinó que “se fortalecerá”. El 11,1% “no sabe”.
Cuando se les preguntó si consideran que Massa podrá revertir la actualidad económica, los optimistas sumaron 34,3%, contra 60,8% de pesimistas. Completó 4,8% de “no sabe”.
Qué determina el estudio
Mariel Fornoni, directora de la consultora a cargo del estudio, analizó los resultados y sumó datos a la situación actual. “La confianza en el Gobierno está en su valor más bajo, sólo 18% aprueba la gestión nacional. Nuestro índice de optimismo político, que estaba cerca del 50% al inicio del mandato de Alberto Fernández, está ahora por el 15%, incluso por debajo del optimismo económico, que tiene dos puntos más y había iniciado en los 45 puntos a comienzo de esta gestión”, señaló.
“Ya hace más de un año que la principal preocupación de la gente son los temas económicos en general y la inflación en particular. El problema es que 8 de cada 10 creen que el Gobierno no tiene ninguna posibilidad de resolverlo”, aseveró.
“¿Qué puede aportar Massa, un dirigente que carece de la confianza de la opinión pública y está inserto en un Gobierno nacional que tiene un bajísimo grado de confianza? En principio no parece aportarle justamente lo que el Gobierno carece: confianza. Sin embargo, pero es cierto que se ha creado alguna expectativa. Ya no son 8 de cada 10 sino 6 de cada 10 que creen que Massa tiene poca o ninguna posibilidad de mejorar la situación económica”, explicó.
“No es mucho pero es una leve mejora en las expectativas. El problema es que cuando las expectativas son altas las desilusiones son grandes y cuando no hay confianza tampoco la gente te otorga tiempo y la aguja ya comenzó a girar”, concluyó Fornoni.