A través de un escrito presentado por los obispos de las localidades de Laferrere y San Justo, provincia de Buenos Aires, la Iglesia le reclamó al Gobierno nacional por mayor seguridad. Esto se da en el contexto del crimen de Daniel Barrientos, el colectivero de 65 años asesinado el lunes por la madrugada en La Matanza.
En el comunicado, enfatizaron que “corremos riesgo de ser una sociedad que empiece a hacer justicia por mano propia”.
De esta manera, el obispo de Laferrere, Monseñor Jorge Torres Carbonell, y el de San Justo, Monseñor Eduardo García, le reclamaron al Estado mayor intervención en cuanto a seguridad.
“En las puertas de la semana Santa, los hechos acontecidos el día de ayer y que son de público conocimiento nuevamente nos han confirmado que la Pasión sucede hoy: un inocente asesinado fruto de la falta seguridad instalada en nuestros barrios y de los pequeños intereses creados”, se puede leer al inicio del texto.
El asesinato del colectivero no es una “sorpresa” para la Iglesia
Al mismo tiempo, en el escrito, la Iglesia manifiesta su consternación por lo sucedido, pero que no es una “sorpresa”, dado que “es uno más en la lista de los últimos años en los cuales ningún barrio ni zona ha quedado exento del robo, la entradera, el apriete, el choreo de celulares a plena luz del día; muchos de ellos seguido de muerte”.
Expresaron que los vecinos viven “en territorio liberado”, “porque se hace la vista gorda a menos que el hecho se venga encima y no haya más remedio que actuar; negociado porque atrás de esta inseguridad sabemos que operan las grandes mafias de los narcos que han invadido con su negocio nuestros barrios y tienen como soldaditos a nuestros pibes o como consumidores que salen a robar lo que sea para poder ir a comprar la ‘merca’ que necesitan para seguir viviendo”.
Por ello, pidieron por una “política de seguridad que encare esta problemática”.
En uno de los párrafos, señalaron que lo sucedido está generando “una guerra de pobres contra pobres”. “Los que van a trabajar a las 5 de la mañana son pobres, los choferes de colectivos son pobres, las amas de casa son pobres, los docentes son pobres. Nadie queda afuera de la inseguridad y del temor por sus vidas”.
Al referirse a la familia de Daniel Barrientos, les enviaron sus condolencias y manifestaron que “su sangre derramada no sea en vano”. “Que nos ayude a tomar conciencia y a trabajar juntos por una sociedad en paz, que solo se logrará con la base de una justicia verdadera y de un compromiso auténtico de aquellos que asumieron la responsabilidad de cuidar la vida de los ciudadanos”.
La Iglesia repudió las agresiones contra Sergio Berni
Ya para el final del escrito, los miembros de la Iglesia repudiaron las acciones violentas contra el ministro de Seguridad nacional, Sergio Berni: “Es difícil pedir un diálogo sereno con la sangre de un compañero trabajador en las manos”.
Y sostuvieron: “Necesitamos un diálogo profundo y sincero. Si bien hasta ahora ha habido silencio de parte de las autoridades, es más honesto hacer silencio que realizar promesas que no se van a cumplir y que llevan a la frustración”.