Misterio en Esteban Echeverría: mataron a un comerciante y dejaron 5 millones de pesos en el lugar

El hombre de 56 años era dueño de una red de locutorios y de centrales de pago.

Misterio en Esteban Echeverría: mataron a un comerciante y dejaron 5 millones de pesos en el lugar
Luis Troche fue agredido en su locutorio, donde la gente se juntó a pedir justicia.

Un extraño crimen sacude a Esteban Echeverría, donde Luis Troche, un comerciante de 56 años, fue asesinado en su locutorio. No se llevaron nada y dejaron una importante suma de dinero: los investigadores descartan un robo.

Troche fue encontrado en el baño del local con graves heridas en la cabeza. El hombre era dueño de varios locutorios y centales de pago en la zona, muy querido y bien considerado por los vecinos y colegas de la zona.

La víctima fue hallada malherida el sábado por la tarde en su negocio, ubicado justo enfrente de la comisaría. La empleada de la farmacia lindera escuchó ruidos extraños y fue alertada por una clienta. Fue entonces cuando ingresó al local y dio con Troche. Enseguida llamó al 911 y rápidamente llegaron patrulleros y una ambulancia.

El comerciante fue llevado al Hospital Santamarina de Monte Grande, donde falleció poco después debido a las graves heridas corto punzantes que tenía en la cabeza.

Misterio alrededor del crimen

La Policía Científica trabajó en el lugar, hizo el relevo de cámaras de seguridad, levantó rastros en la escena del crimen y tomó diversos elementos para la investigación.

La mayor sorpresa estuvo en el hallazgo de más de 5 millones y 200 dólares en el local. Además, el comerciante tenía pulseras de oro puestas y su celular no había sido robado.

A raíz de estos datos, los investigadores consideran que no se habría tratado de un asalto. No obstante, esa hipótesis fue descartada de manera oficial.

El caso, en manos de la UFI N°2 de Esteban Echeverría, de la fiscal Verónica Cifarelli, avanzó en las últimas horas con el análisis de cámaras y el testimonio de la pareja de la víctima.

Hasta el momento, las primeras hipótesis indican que el comerciante conocía a su agresor y que, incluso, lo dejó ingresar voluntariamente a la línea de cajas del comercio.