Desconocidos arrojaron la noche del lunes bombas incendiarias en el frente del edificio donde funciona el diario Clarín sin causar víctimas ni daños. Pero empieza a especularse quiénes fueron esos nueve hombres que se pararon en la calle Piedras y arrojaron distintos explosivos caseros contra el frente del lugar.
Entre los investigadores crece la teoría de que un extranjero integra el grupo que protagonizó el ataque contra Clarín. Esto surge a partir de una huella digital nítida recuperada sobre un explosivo que no explotó, según comunicó La Nación. A la muestra se la comparó con la bases del Registro Nacional de las Personas (Renaper) y de personas con antecedentes penales y no hubo ningún resultado positivo. Entonces los investigadores creen que podría ser una persona que no vive en Argentina-
Además aparece otro dato que puede ser importante para la investigación y es que el ataque se dio en la puerta lateral, no en la entrada habitual de los periodistas e invitados. La dirección de piedras es la que aparece registrada en Google como del grupo Clarín. Esto lleva a pensar a los investigadores que se trato de un acto improvisado y no de algo que tuviera un trabajo de inteligencia previa.
La Policía Federal Argentina se está haciendo cargo de los trabajos ya que el juez federal Luis Rodríguez le dio intervención al Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista (DUIA). Por cercanía le tocaría encargarse a Comisaría 4 D de la Policía de la Ciudad, pero es la seccional apuntada por el caso del asesinato de Lucas González, y se encuentra desbordada según anticiparon fuentes de Seguridad.
Según anticiparon los investigadores, de las ocho bombas arrojadas una quedó intacta, esto le permitió dilucidar una huella digital nítida hallada en una botella que quedó sobre la vereda.
Fue esa la huella que se cotejó con la base de datos del Renaper que contiene las huellas del DNI de todas las personas documentadas y con la base de datos de personas con antecedentes penales. La comparación no arrojó resultado y eso abrió el abanico de que podría tratarse de un extranjero sin documentos argentinos.
El otro dato con el que cuentan los investigadores es el acceso a las cámaras de seguridad de la Ciudad. Con ellas se podrá rastrear cómo llegaron al lugar los atacantes y cómo se retiraron. Una fuente al tanto de la investigación dijo que llegaron en moto y que en Parque Lezama hicieron una parada, antes de dirigirse a Clarín, y allí se pusieron ropas oscuras, según informó La Nación.
La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA)“condenó enérgicamente el hecho que describió como un “grave ataque a la libertad de expresión”. A este reclamo se sumaron el del Presidente y también el de gran dirigentes de la oposición.
La causa es investigada por la justicia federal, a cargo de Luis Rodríguez, con la intervención del fiscal Gerardo Pollicita. El juez caratuló el caso como intimidación pública.