La realidad a menudo supera a la ficción. Y este caso es tan espeluznante que parece mentira. El 24 de agosto pasado, el cadáver de una mujer fue hallado al costado de la ruta, en la localidad de General Belgrano. Estaba envuelta de pies y manos y envuelta en una frazada. Recién este lunes pudieron detener a la macabra mente detrás del hecho.

El cadáver de Estanislada Benedicta Rodríguez, de 80 años, fue hallado hace dos meses al costado de la ruta. Su cuerpo no presentaba signos de violencia, lo que indicaba que había sido alojada allí con vida, muriendo como consecuencia del abandono.
Desde entonces, se trabajó intensamente para, primero, saber de quien se trataba. La DDI Dolores se puso al frente de la investigación, ordenando tareas analíticas y de campo, que permitieran determinar su identidad como las causas de su muerte.
Análisis de cámaras, recopilación de testimonios y rastreo de datos tecnológicos fueron clave para avanzar y poder saber de quién se trataba. Luego de eso quedaba la parte más difícil: conocer al responsable de semejante aberración.
Cómo dieron con el principal sospechoso
Uno de los datos más reveladores y escalofriantes es que la autopsia arrojó que la mujer estaba viva al momento de su abandono.
Conociendo su identidad, la investigación se orientó a allegados de la víctima, con especial en un hombre de 53 años, que figuraba como su apoderado: es decir, cobraba su pensión.

El análisis de registros fílmicos y tecnológicos determinó que el hombre en cuestión había viajado desde Glew hasta General Belgrano en un Renault 19 color bordó durante los días 19 y 20 de agosto. La mujer fue hallada el 24, por lo que las fechas coincidían con el fallecimiento.
Además, días después de la data de muerte se realizaron extracciones de dinero desde su cuenta bancaria. También se constató que el teléfono celular del hombre había estado en donde fue hallado el cuerpo, lo que consolidó la hipótesis de su implicación directa en el hecho.
Estos elementos fueron concluyentes para que la DDI Dolores obtuviera dos órdenes de allanamiento para domicilios vinculados al sospechoso en Glew.
A partir de estos procedimientos, se detuvo al hombre de iniciales C.E.O. por el delito de abandono de persona agravado. También se le secuestraron dos teléfonos y el vehículo con el que trasladó a Estanislada.