El pequeño Máximo, vive en la localidad de Olivera partido de Luján en la provincia de Buenos Aires y se encuentra en emergencia nacional a la espera de un trasplante de corazón que le permita seguir viviendo, ya que padece miocardiopatía restrictiva, que no tiene cura.
El diagnóstico se produjo cuando el niño tenía 5 años y 9 meses. “Hasta ese momento, era un nene totalmente normal”, contó su mamá Dana a un medio de Luján. “Sin embargo, en un control pediátrico por mocos, el médico ordenó una placa para saber si tenía mocos en los pulmones. Resulta que tenía un poco de mocos pero también los doctores vieron una anomalía en su corazón, este era más grande de lo normal”. Agregó Danna.
Con el diagnóstico que le habían dados los médicos, Máximo fue derivado al Hospital de Pediatría Garrahan y a la segunda consulta le detectaron una miocardiopatía restrictiva, la misma es una enfermedad que afecta los músculos del corazón y que no permite repartir oxígeno a todo el cuerpo, sino solo de modo restringido.
Los especialistas explicaron a los padres del niño que la única solución a la afección del niño era un transplante de corazón. “Se nos cayó el mundo cuando nos dieron la noticia de que Max, para seguir viviendo, necesita ser trasplantado. Nuestra vida ha cambiado por completo”, detalló la madre de Máximo.
En la Argentina, la donación de órganos tuvo un punto de transición en 2018 cuando se sancionó la Ley Justina, que convirtió a todas las personas mayores de edad en donantes, salvo que hayan expresado en vida su voluntad contraria.
Sin embargo, ese cambio no alcanzó a las donaciones pediátricas, que siguen requiriendo de la autorización de un adulto para concretarse. El año pasado, había más de 200 menores esperando un trasplante, según datos de la Sociedad Argentina de Trasplantes. Además, las autoridades alertaron que el número de donantes pediátricos -en parte gracias al avance de los tratamientos para combatir cuadros graves- está disminuyendo.
CRUZADA SOLIDARIA POR MAX
Los papás de Máximo iniciaron una campaña solidaria para concientizar a la sociedad en su conjunto sobre la donación de órganos pediátrica. Para lograr sensibilizar sobre el tema ambos padres abrieron una cuenta en Instagram: @uncorazonparamax.
Allí comparten y difunden información sobre el tema e invitan a las personas a sumarse como seguidores y a compartir las publicaciones para que lleguen a más personas. “Es muy importante difundir esta temática y que se hable de la donación de órganos pediátrica”, enfatizó Sebastián Ferreyra, padre del pequeño.
“Lo que quiero dejar como mensaje es que los órganos no van al cielo y pueden salvarle la vida a muchas personas que los necesitan”, finalizó diciendo a un medio entrerriano Sebastián.