La Justicia intenta determinar si el homicidio de Gabriel Guzmán en Paraná fue un nuevo caso de gatillo fácil o el uniformado que disparó lo hizo en legitima defensa. "Él temió por su vida y agradezco que esté vivo", sostuvo la esposa de uno de los uniformados detenidos.
El crimen se produjo el martes en el barrio Capibá y si bien la Fiscalía está investigando como se produjeron los hechos, la esposa de uno de los dos policías que quedaron a disposición de la Justicia aseguró que no fue un caso de gatillo fácil y contó la versión que ella conoce del homicidio.
"Ante el llamado de una persona al 911, se dirigen los patrulleros hacia esa zona. El primero en responder es el de este familiar mio y su compañero. Cuando llegan, la persona que fallece en ese momento estaba disparándoles, entonces ellos repelen la situación. Lamentablemente, él cae herido y termina falleciendo", contó en diálogo con Ahora.
Ante las versiones que acusan a los policías de dejarlo morir en el lugar, la mujer remarcó: "Se llamó a la ambulancia, como correspondía. Se hizo todo como se debía hacer". Al mismo tiempo señaló: "Desde mi punto de vista hicieron todo correctamente según el procedimiento, quedaron automáticamente a disposición de la Fiscalía, como corresponde y está establecido en el reglamento de la Policía".
Esta versión se contrapone con la de la familia de la víctima fatal que acusa a los uniformados de haber actuado violentamente. Mientras tanto, los dos policías están a disposición de la Fiscalía esperando para poder declarar.
