Y… Llegó el día, en que no nos abandonaron, que no se fueron de la casa y, que no nos dejaron solos y no pudimos hacer lo que teníamos ganas de acuerdo a nuestras posibilidades hasta dejar de ser dueños de nuestros tiempos.
Y…Llegó el día en que pasamos a ser el centro del grupo familiar; donde nos llenaron de caricias y de atenciones, estando muy atentos a nosotros.
Y…Llegó el día en que los sorprendimos… porque comprendieron cuanto significamos para todos ellos; especialmente para los que no estuvieron tan de acuerdo con nuestra llegada. No somos rencorosos ni selectivos, a todos por igual agradecemos con un amor incondicional, porque sabemos todo el espacio afectivo que somos capases de llenar.
Y…Llegó el día en que ellos también nos hicieron muy felices cuando nos sacaron a pasear varias veces en el mismo día. Cuanto lo disfrutamos, aunque nuestra alegría contrastaba con sus miradas tristes y preocupadas. Y menos entendíamos porque se cubrían las caras como a veces lo hacen con nosotros.
Y…Llegó el día que también nosotros pudimos sacarles una sonrisa, porque nos dejamos disfrazar o hicimos algunas de nuestras travesuras o quizás los sorprendimos con los aprendizajes adquiridos que ustedes nos enseñaron con más o menos paciencia. Y porque pudimos ayudar a que afloren sus mejores sentimientos y emociones en estos momentos de duelo y de tantas perdidas.
Nunca sabremos por qué y para qué debemos atravesar por esta Pandemia Socio Sanitaria. Si sabemos de algunos pedidos que queremos hacerles a nuestros dueños cuando pase este encierro. Que no se olviden de nosotros aunque regresen muy cansados y por poco tiempo. Que nos regalen unos minutos de su atención y afecto; porque lo necesitamos y lo disfrutamos mucho todo este tiempo juntos, haciéndonos sentir verdaderamente un integrante más de la familia.
Y finalmente queremos pedirles algo muy especial: no corran tanto ni tan de prisa observen vuestra fragilidad, refuercen sus vínculos y sean más creativos. Cada día es un pedacito de toda esta vida y deben disfrutarla con sus afectos verdaderos y dejándose maravillar de lo que nos regala en cada momento esta vida.
Dr. Ricardo N. González Médico Veterinario MP 0343