En la mañana de ayer, varias mujeres que han pasado por situaciones de violencia obstétrica, se reunieron frente al Hospital SAMIC de Oberá para denunciar y reclamar que apartaran de sus cargos a los médicos y al personal de enfermería que ejercieron violencia sobre ellas durante sus labores de parto.
A raíz de estas denuncias y acusaciones de violencia obstétrica en el Hospital, las autoridades de dicho nosocomio decidieron apartar de sus cargos a la obstetra y al médico a cargo del área.
El caso que mayor repercusión tuvo y el que devino en manifestación, fue el del fallecimiento de Izan Thaiel, un “bebé soñado” según el propio relato de su madre, bebé que nació el pasado 27 de marzo pero nunca despertó ni lloró, agonizando durante cinco días hasta que falleció.
“El jueves 25 a la mañana fui al hospital para consulta porque ya estaba de 40 semanas y no tenía contracciones. La doctora que me atendió todo el embarazo me dijo que mi presión estaba muy alta y ella me tenía internar” comentó la madre del niño a través de la red social Facebook.
A partir de allí, mencionó que fue internada a las 10:00 de la mañana. En ese momento, le colocaron una pastilla que, según los profesionales tratantes, le ayudaría con las contracciones.
“Me pusieron una, después de seis horas la segunda y el viernes seguía sin contracciones. Mi doctora seguía de guardia y me puso la tercera pastilla. A las 20 horas se fue y entró de guardia otra doctora. A las 21 me colocó la cuarta pastilla y a las 3 de la madrugada me empezaron las contracciones”, narró.
En ese instante, la joven llamó a las enfermeras y a la doctora, quien constató su vientre y le dijo “no mamá, tu bebe falta” y se retiró.
Después le colocaron una quinta pastilla, a lo que la joven reiteraba varias veces a los médicos a cargo que no podía más. Sin embargo, volvían a replicarle que el bebé no estaba listo para nacer, e inclusive la madre del niño asegura que la trataron de “exagerada” por sus llantos.
Continuando la narración, afirma que siendo las 10:00 de la mañana del sábado rompió bolsa, y sentía que su bebé estaba listo para nacer, mientras que para la doctora no era así, motivo por el que le repitió ésta que “no”.
“A las 12 entró mi mamá a verme y ya estaba por desvanecerme, transpiraba frío y mi mamá fue a enfermería y le dijeron “su hija es exagerada”, y vino la seguridad y le sacó para afuera. Estuve tirada en la camilla toda la tarde. A las 16.40 grité y me desvanecía, vinieron y me llevaron a la sala de espera, me pusieron suero y sentí la cabecita de mi bebé que ya estaba por nacer”, declaró la madre.
En ese momento, la joven es llevada a la sala de parto y menciona: “fui apenas sujetando la cabecita de mi bebé, cuando subí en la camilla en menos de cinco segundos le tuve. La doctora se estaba colocando el guante y le grité que ya estaba”.
Con el niño nacido, son las enfermeras del Hospital SAMIC obereño quienes se hacen cargo del mismo porque no lloraba y según el testimonio de la madre, la pediatra a cargo expresó que a su bebé le faltó oxígeno y que debieron entubarlo. Por otro lado y de manera diferente, otro profesional le explicó que el bebé sufrió mucho por la falta de oxígeno en las ocho horas que lo dejaron con la bolsa rota, que eso perjudicó todo su organismo y por ese motivo el cerebro del niño estaba muy inflamado.
Luego de todas esas situaciones, a las 11:30 horas de la mañana del miércoles llamaron a la madre con carácter urgente para comunicarle que “al bebé le dio un paro, que le reanimaron y si le daba otro se me moría. A las 16:00 le fui a ver y le pedí que sea fuerte, pero a las 23:40 me llamaron y me dijeron que al bebé le dio un paro. Llegué a la puerta y la doctora me dijo “Listo mamá, a tu bebé le dio otro paro y falleció”, se dio media vuelta y se fue. Estoy destrozada. Quiero justicia por mi hijo y por todos los bebés, que nadie más pase por lo que pasamos mi bebé y yo”, aseveró desconsolada la madre.