El cuerpo de Priscila Cecilia Díaz, una joven de 20 años, fue encontrado ayer en una zona rural del barrio Los Cedros, en Jardín América, tras haber sido reportada como desaparecida por su madre un día antes. La comunidad y los familiares exigen justicia mientras las investigaciones continúan para esclarecer las circunstancias del crimen.
La búsqueda de Priscila concluyó tras una denuncia anónima que condujo a los investigadores a un área con tierra removida. Al excavar, los efectivos policiales hallaron el cuerpo de la joven, que fue identificado por su madre. Las primeras pesquisas apuntan a un joven de 21 años, con quien Priscila habría compartido tragos el pasado domingo, como principal sospechoso. El acusado fue detenido, y en su vivienda se secuestraron prendas y un teléfono celular que serán peritados como parte de la investigación.
El hallazgo tuvo lugar luego de que un allegado al detenido aportara información clave, lo que permitió a la policía realizar un rastrillaje en la zona señalada. La madre de Priscila, en medio de un profundo dolor, manifestó su angustia y desesperación, reclamando justicia para su hija y señalando antecedentes problemáticos del acusado. Este, según los relatos de la familia, ya había estado implicado en otros hechos violentos.
El juez a cargo del caso, Roberto Senna, declaró que la ronda de tragos que la víctima compartió con el acusado es una pieza central en la investigación. Aún se espera el resultado de la autopsia para determinar las causas exactas de la muerte, así como los resultados del análisis de los elementos incautados en el domicilio del detenido. Las autoridades judiciales y policiales se mantienen cautelosas ante la falta de información clave, pero aseguran que seguirán trabajando para esclarecer el hecho.
Además, la investigación ha tomado un giro inesperado con la detención del hermano menor del acusado, quien fue trasladado a un centro especializado en Puerto Rico, acusado de encubrimiento. Esta situación ha generado aún más conmoción en la localidad, donde los vecinos y allegados de Priscila han comenzado a organizarse para exigir respuestas rápidas y un castigo ejemplar para los responsables.
El caso de Priscila Díaz no solo ha dejado una herida abierta en su familia, sino que también ha afectado a su hija de tres años, que ahora quedará al cuidado de su abuela materna. La pequeña, según relata la madre de la víctima, había estado siempre bajo su protección desde el embarazo, lo que agrava aún más el dolor por la pérdida de su hija.
La comunidad de Jardín América, impactada por el brutal crimen, se ha unido en el reclamo de justicia. Vecinos y allegados organizan manifestaciones y vigilias para acompañar a la familia de Priscila, mientras las autoridades trabajan contrarreloj para resolver un caso que ha generado indignación y temor en la localidad.