En una medida anticipada por el magistrado Horacio Alarcón, los detenidos fueron llevados al Juzgado de Instrucción de Oberá para brindar sus testimonios en relación con el crimen ocurrido en Aristóbulo del Valle. De los tres sospechosos, solo uno decidió hablar, mientras que los restantes se acogieron a su derecho constitucional de abstenerse, sin que esto implique necesariamente su culpabilidad.
El principal protagonista de las declaraciones fue Renzo V., de 26 años, quien acompañado por su abogado particular, decidió dar su versión de los hechos para desvincularse del crimen. Renzo, originario de Misiones y estudiante de medicina en Santo Tomé, Corrientes, afirmó ser propietario del Fiat Uno utilizado en el suceso, el cual empleaba como taxi para financiar sus estudios universitarios.
Según su testimonio, conoció al sobrino de Ferrari días antes del incidente, cuando este lo contrató para un viaje desde Santo Tomé hacia Misiones, con la intención de encontrarse con su tío en Aristóbulo del Valle para resolver trámites relacionados con la propiedad de una de las víctimas.
Renzo afirmó que el día del crimen, dejó a los otros dos sospechosos cerca de la propiedad de Daniel Ferrari y luego los esperó a cierta distancia. Sin embargo, no notó nada sospechoso ni escuchó discusiones relacionadas con el incidente. Al día siguiente, al intentar cobrarle a uno de los detenidos, se enteró de su arresto por la policía.
Los otros dos detenidos optaron por permanecer en silencio durante las audiencias, siendo representados por un defensor oficial.