Carlos Alberto Figueroa, conocido en Oberá por su historial delictivo, ha sido detenido nuevamente tras acumular varias denuncias por estafa y hurto. Desde hace años, el nombre de Figueroa se repite en los juzgados locales debido a su particular forma de operar: haciéndose pasar por mecánico, lograba ganarse la confianza de sus víctimas para luego estafarlas. En esta ocasión, las denuncias recientes involucran la apropiación indebida de vehículos, herramientas y dinero en efectivo.
El 5 de octubre, efectivos de la policía de la Unidad Regional II lograron su detención luego de un operativo encubierto, tras recibir una serie de denuncias por estafas cometidas entre septiembre y octubre. Los informes indican que Figueroa se dedicaba a aceptar trabajos de reparación automotriz, para luego desmantelar los vehículos que le confiaban o cobrar pagos por adelantado sin completar el trabajo prometido.
La última denuncia, recibida en septiembre, detalla que una de sus víctimas le había confiado un automóvil para reparación, pero Figueroa nunca cumplió con el servicio y se marchó del lugar llevándose piezas del vehículo. Similar modus operandi se repetía con herramientas, neumáticos y hasta celulares que recibía bajo la promesa de pago o devolución, pero que luego desaparecían junto con el estafador.
Los antecedentes de Figueroa son extensos. En agosto, se le notificó de una causa por estafa en perjuicio de un agricultor de Florentino Ameghino, quien le había entregado grandes sumas de dinero para la reparación de maquinaria y compra de neumáticos, bienes que nunca recibió. En otro caso, ocurrido en septiembre, el dueño del taller donde Figueroa se hacía pasar por mecánico lo denunció por haber desmantelado su propio vehículo durante una ausencia temporal.
Además de las denuncias recientes, varios casos del pasado evidencian el accionar de Figueroa. Una víctima relató cómo el acusado llevó su automóvil para repararlo y, tras varios días de excusas, solo lo devolvió después de que ella interpusiera una denuncia policial, aunque el coche estaba desmantelado. Otras víctimas han señalado que Figueroa aceptaba encargos para la compra de piezas de repuesto que jamás entregaba, al mismo tiempo que usaba perfiles falsos en redes sociales para captar nuevos clientes desprevenidos.
La lista de afectados no se limita solo a clientes del supuesto taller. Varias denuncias provienen de su entorno personal, incluyendo a su expareja, quien afirmó que el acusado llegó a inventar la enfermedad de su hija para solicitar dinero a conocidos. Según testimonios, la convivencia con Figueroa era compleja, marcada por manipulaciones y violencia, agravada por el consumo de sustancias.
La detención de Carlos Alberto Figueroa ha traído algo de alivio a las víctimas que aún buscan recuperar sus bienes o, al menos, ver justicia tras años de engaños. Sin embargo, su historial deja en claro que no es la primera vez que enfrenta a la justicia, y muchos temen que no sea la última.