La jueza María Verónica Skanata dispuso esta mañana una serie de allanamientos en la zona centro de Misiones, tendientes a sumar elementos para el esclarecimiento de la desaparición física de Mario Golemba, ausente desde el 27 de marzo de 2008.
A media mañana se desplegó un gran operativo en el predio de la Comisaría de Dos de Mayo, a cargo de Gendarmería Nacional. Se pidió colaboración a la Jefatura de Policía para retirar del lugar vehículos y motocicletas depositadas en el predio, ya que se realizarán una serie de excavaciones del terreno.
También trabajarán con un camión atmosférico para vaciar los pozos ciegos y personal de Prefectura Naval hará las expediciones. Los trabajos se realizarán durante varios días, ya que el predio de la Comisaría de Dos de Mayo tiene una extensión de casi una manzana y hay varias dependencias y edificios en el lugar.
El caso
María Golemba tenía 27 años aquella mañana del jueves 27 de marzo de 2008, cuando salió de su casa ubicada en la Picada Indumar, en la localidad de Dos de Mayo, rumbo a Oberá. Ese día tenía una consulta médica con una nutricionista y cuando terminó la atención médica le envío un mensaje a su familia y a su pareja, para avisarles que iba a volver en el colectivo de media distancia de la tarde.
Las horas pasaron, se hizo de noche y Golemba no llegaba a su casa. Desde ese día y durante 14 años su familia lo esperó, perdiendo poco a poco las esperanzas de volver a verlo con vida.
El Juzgado de Instrucción Nº1 de Oberá investigó la desaparición de Golemba, pero no logró esclarecer qué ocurrió con él. Testigos de identidad reservada declararon ante la justicia provincial y federal que Mario estuvo detenido en la Comisaría de Dos de Mayo -de la Policía de la Provincia de Misiones- donde lo habrían torturado.
Al momento de su desaparición, Golemba tenía la tez blanca, medía 1,80 metros y era de contextura delgada. De acuerdo con los testimonios de sus allegados, era un chico tímido, tenía un círculo estrecho de amigos, y trabajaba con su padre en la chacra Dos de Mayo y también en la despensa de la Cooperativa Yerbatera de esa localidad. Además, se iba a casar con su novia a fines de 2008, y ya había conseguido una casa para vivir con ella.
La última vez que sus familiares lo vieron, vestía una camisa oscura y un jean, pero la médica que lo atendió en Oberá, dijo que tenía puesta una camisa color clara, un pantalón oscuro y zapatos de vestir.
El 25 de abril pasado, el Ministerio de Seguridad de la Nación -a pedido de la fiscalía- incluyó a Golemba en el Programa BuscAR, y ofreció una recompensa de 1,5 millones de pesos para quienes aporten datos que permitan ubicarlo.
Hace cinco años y quizá producto de la tristeza y el quebranto, su papá murió. Se fue de este mundo sin saber qué pasó con su hijo. “Papá murió de tristeza. Muchos años en incluso el viernes siguiente a la desaparición de Mario, cuando fuimos a la comisaría y los policías le palmeaban la espalda diciéndole que vaya tranquilo que cualquier cosa le avisarían, lloró todos los días porque no sabía de su hijo”, afirmó en una entrevista su hermano Eliezer Golemba.
En este tiempo que ha transcurrido, se han realizado excavaciones en un destacamento policial de Dos de Mayo y se ha extendido la búsqueda al Brasil, pero nada. Ni un indicio. Los familiares de Mario no pierden las esperanzas. Esperan que su figura delgada aparezca de golpe por la Picada Indumar y se acabe la angustia.