Insólita visita en Neuquén: apareció un Monito del Monte por las lluvias y su video causó ternura

Esta especie, denominada Dromiciops Gliroides, se encuentra en peligro de extinción.

Insólita visita en Neuquén: apareció un Monito del Monte por las lluvias y su video causó ternura
Apareció un Monito del Monte en Neuquén y causó ternura.

En Neuquén desde hace años se le puso gran énfasis a la búsqueda y protección de los famosos Monitos del Monte, una especie en peligro de extinción. Este 2023 volvió a aparecer un ejemplar en Chos Malal y causó ternura con su visita.

Su nombre científico es Dromiciops Gliroides, y posiblemente haya despertado de su larga siesta invernal debido a la época del año en que se lo descubrió. El marsupial fue encontrado debajo de unos fardos de pasto, y rápidamente llamó la atención debido a que hay muy pocos.

Viene de la familia de los Microbiotheridae, cuya existencia está en peligro. Su hábitat natural abarca el centro y el sur de Chile, pero también varias provincias argentinas. Se lo puede hallar en Neuquén, al noroeste de Chubut y al oeste de Río Negro.

La aparición de esta pequeña criatura, registrada el jueves 24 de agosto, fue difundida por el periodista neuquino, Edgardo Pino. A través de Twitter, publicó un video de este “simpático y tierno” animalito, que se dejó ver en la chacra Los Maitenes.

Pino además informó desde la red social que Fabian Tilleria, integrante de Fauna Zona Norte, señaló que hay muchos en la zona. A su vez, y debido al frío, buscan refugios en puestos, galpones o corrales.

Las características de los Monitos del Monte

Dicha especie puede llegar a medir entre 10 y 15 centímetros. Cuentan con una cola tan extensa como su cuerpo, pelaje de color pardo, y ojos grandes y negros; en tanto, su principal fuente de alimento son los insectos, aunque también comen frutos silvestres.

Encontraron cuatro ejemplares de Monitos del Monte en Neuquén.
Encontraron cuatro ejemplares de Monitos del Monte en Neuquén.

Esto último suelen ingerirlo para guardar energías y sobrevivir al frío. En este sentido, se sabe que para ivernar entre junio y agosto, dichos ejemplares se agrupan de a cuatro o cinco. Pueden descender su temperatura corporal hasta los 5 grados, incluso llegando a simular estar muertos.