Tres guardaparques y dos integrantes de una comunidad mapuche fueron imputados por la muerte de dos niños provocada por la caída de un árbol el 1 de enero de 2016 en el Parque Nacional Lanín, en la localidad neuquina de San Martín de los Andes.
Fuentes de la Justicia Federal de Zapala dijeron que la jueza Silvina Domínguez resolverá en un plazo de diez días acerca del pedido de procesamiento por parte de la fiscal federal Karina Martínez Stagnaro.
Según la fiscal, los guardaparques tenían la obligación de controlar el estado de los árboles, al igual que los integrantes de la comunidad mapuche Curruhuinca, que era concesionaria del camping Lolén, donde ocurrió el hecho.
En tanto, desde la Administración de Parques Nacionales emitieron un comunicado donde sostuvieron que "el control de ramas y árboles bajo la forma de apeos es una actividad que disminuye el riesgo pero que en modo alguno garantiza el no riesgo", y precisaron que "árboles considerados sanos pueden caer y árboles enfermos pueden estar de pie cien años".
"Esta Administración entiende que no siendo posible prever la ocurrencia de fenómenos de la naturaleza, el desprendimiento ha sido un hecho fortuito e inevitable", explicaron y agregaron que desde el Directorio de Parques Nacionales "se ordenó una investigación sumarial de forma que se ahonde en lo ocurrido ese trágico día en relación tanto a los empleados involucrados como a la comunidad Curruhuinca propietaria del terreno".
La tragedia ocurrió el 1 de enero de 2016, cuando un pesado árbol de alrededor de 40 metros y con raíces descalzadas cayó en la playa del balneario Catritre, dejando sin vida a Matías Mercanti, de 7 años, y a Martina Sepúlveda, de 3.