Hace unos días Juanita Ghiotti Dávila terminó las clases, en la salita de 5 años de la escuela Edmundo De Amicis, a la que asiste. Y el acto de fin de ciclo escolar fue por demás emotivo.
A un año de toda una proeza de su familia para poder operar las manos a la pequeña, Juanita se encuentran en proceso de recuperar sus vidas en Mendoza.
Por lo que después de un año de campaña, lucha, sacrificios, desarraigo, y ayuda de la gente, y cuatro duras cirugías, Juanita pudo tener su fiestita escolar de fin de año, con sus amiguitos y seños, que la supieron acompañar.
Juanita nació con agenesia de radio bilateral y manobot, una malformación en sus dos manos por una malformación durante el embarazo. Además de que también nació con un solo riñón.
La familia, al comenzar la niña a crecer e interactuar con otros y ver la necesidad de adaptarse en diferentes actividades, fue que su familia comenzó una campaña para que Juanita pueda iniciar un largo y complicado tratamiento.
El 2 de enero pasado, Juanita y sus padres viajaron a Santiago del Estero para ver al doctor español Francisco Soldado, gran referente y especialista que llevó todo el proceso médico. Finalmente, pudo ser intervenida en manos, plexo y microcirugía pediátrica en Barcelona, luego de una incansable tarea y campaña solidaria para conseguir ayuda para poder viajar.
Finalmente, se logró y Juanita pudo ser intervenida. Y lo que iba a ser una sola cirugía, terminaron siendo 4, por lo que la estadía en Barcelona se extendió y el sacrificio familiar, también.
Pese a todo, tuvo su final feliz. Juanita se fue recuperando y desde octubre que ella está en Mendoza, en su casa, con el resto de su familia, amiguitos, e incluso, yendo a la escuela.
Y según cuenta su mamá Ruth Dávila, ella fue tomando confianza y recuperando sus actividades. “Está realmente muy bien, en especial con todo lo que ha pasado. Tiene una excelente movilidad en las manos y, sinceramente, es como si nunca la hubiesen operado. En la mano derecha, que es donde se le hizo la pulgarización, tiene un manejo muy bueno, y hasta escribe y se peina con los dedos”, expresó a Los Andes.
Y a poco de terminarse el 2023, Juanita tuvo su fiestita de fin de año en su escuela. “Le hicieron un agasajo. Y toda la gente y sus compañeritos le cantaron y gritaron su nombre, como un reconocimiento. Incluso, los chicos aplaudían, la alzaban y hasta una nena la ayuda para ir al baño desde que llegó”, detalló muy emocionada la madre de la niña.
La evolución de Juanita y posible nueva cirugía
Según cuenta su mamá, Juanita de a poco se acostumbra a poder articular mejor y a cambiar hábitos ya que le cuesta quitarle la costumbre de hacer pinza utilizando solamente algunos dedos y a no usar también el pulgar. Pero es cuestión de práctica.
“Si bien ha estado viendo los videos y las placas que le hemos hecho a la Juanita, el doctor Soldado la quiere ver en persona. Porque quiere saber cómo está la movilización, cómo están las dos manitos y ver si finalmente encalló todo. Como nosotros queríamos pasar las fiestas acá y con nuestras familias -después de un año complicado-, nos dio un turno para el 7 de enero. Así que allí estaremos”, relató Ruth.
“Si él ve que no ha encallado, podría hacerle una cirugía chiquita directamente en Santiago del Estero, y no es tan compleja. Sería un retoque de los tendones, pero no son más de 2 horas”, agregó la madre.
Por eso, el objetivo ahora es poder ir a la provincia norteña para que el doctor pueda revisarla. La estadía del especialista, será desde diciembre a comienzos del 2024, ya que aprovecha ese tiempo de paseo para visitar a la familia de su esposa argentina, a la vez que revisa a personas con algún problema de manos.
El tiempo de estadía de la familia en Santiago del Estero aún no se sabe, ya que dependerá de cómo vea la situación el especialista español.
Mientras tanto, la Fundación Robando Sonrisas -quien viene ayudando a Juanita y a sus padres desde hace ya varios meses- realizará acciones solidarias para costear los pasajes para la familia (hoy cada uno de los tickets cuesta 150.000 pesos).
De a poco, una vida normal
A poco de cumplir 3 meses de haber vuelto a Mendoza tras la operación, la familia aún se está acomodando. Papá Franco volvió con su lavadero en El Challao, Ruth ayuda con su hermana en un showroom y a veces vende ropa en la Feria del Usado en El Algarrobal; mientras que el hermanito Francesco -al igual que Juanita- se adaptan a su entorno, nuevamente.
“Lo que vivieron Juanita y Francesco es demasiado, porque ellos son niños. Francesco lo vivió con solo 9 años y él tenía miedo de algunas cosas, yo le decía que tenía que estar tranquilo de saber que estaba haciendo todo esto por su hermana. Y cuando volvimos a Mendoza, los dos empezaron el psicólogo, fue un cambio muy brusco todo. Hubo cosas que a nosotros, como grandes, nos dolieron y duelen. Imaginate a ellos, que son niños”, expresó.
Sin embargo, con toda esta experiencia surgió una oferta a la que le siguió la ilusión y un sueños que motiva a la pequeña luchadora: “Me han contactado algunas marcas de ropa de niños que quieren ver si la Juani puede ser modelo de ropa, a cambio de canje. ¡Y para qué le conté! Ahora todos los días me pregunta si hay alguna novedad, y me dice que quiere ser modelo”, contó la mujer.
Después de tanto “sinceramente, no caigo todavía de todo lo que hemos pasado. La gente nos pregunta, nos saluda. Y, cuando llega la noche y estoy más tranquila, ahí me cae la ficha. Y pienso: ‘¡Qué loco todo esto!’”, reflexionó la madre de Juanita.
Por eso, al concluir la nota, Ruth -como voz de toda la familia de Juanita- expresó: “No sabemos cómo hacer para agradecerles tanto a todos. Cada momento que pasamos, estamos más sorprendidos. No nos olvidamos nunca de todo lo que pasamos, y la gente nos lo hace saber todo el tiempo. Estamos contentos y felices de lo que se ha logrado con y gracias a la gente. Y no hablo del dinero, sino de lo afectivo. Al día de hoy nos cruzamos con gente y se larga a llorar cuando ve a Juanita. Y eso te llena el corazón”.