Crisis 2001: los trueques como una solución a la crisis económica y a la falta de empleo de miles de mendocinos

En medio de la crisis económica que más azoto a la Argentina los ciudadanos tomaron este método económico para salir adelante. La falta de trabajo y la crisis económica fueron los principales motivos del trueque.

Crisis 2001: los trueques como una solución a la crisis económica y a la falta de empleo de miles de mendocinos
Las personas que formaban parte de los trueques llevaban su propia manta o mesa para armar su puesto de intercambio.

Los trueques surgieron en plena crisis del 2001 cuando muchos argentinos y argentinas se quedaron sin trabajo, perdieron sus ahorros por un corralito y donde el hambre y la desesperación primaban. Esta opción de economía circular ayudó a que más de uno saliera a delante.

En medio de saqueos, crisis, cacerolazos y represión, miles de familias no tenían dinero para salir a delante y darles de comer a sus hijos. Como solución al desempleo y a la pobreza, que iba en aumento, se crearon los Clubes de Trueques.

Estos espacios estaban ubicados en diferentes puntos de la provincia y el país con el fin de que las personas pudieran intercambiar bienes o servicios por lo que necesitaban. En lugar de usar dinero de usaba una “moneda social” llamada Ticket de Trueque.

Esta moneda adentro del establecimiento era de 1 a 1. Solo se podía usar en los puestos del Club y su valor era igual para la moneda Argentina como para el dólar. El mismo tenia una forma como de un “cheque” y era de papel.

El ingresar al club las personas que organizaban la reunión les asignaban un espacio y cada quien tenia que llevar una manta o su propia mesa para exponer sus productos. Para que nadie empezara de cero se les facilitaba 50 créditos.

Un espacio solidario y popular

Luego de todos los sucesos históricos y económicos que en ese momento azotaron al país muchas personas quedaron sin trabajo y era imposible conseguir un espacio para trabajar. Profesionales, empleados de comercio o personas que se dedicaban a trabajar diariamente, se quedaron sin trabajo.

Una de las “soluciones” que el pueblo creó para salir a delante fueron estos espacios solidarios donde se llevaban adelante los trueques. Para formar parte de los mismos no era necesario cumplir con ningún requisito.

Dentro de los clubes no había competencia, no se pagaban impuestos y era un acto de solidaridad para todas las personas que no tenían un ingreso de dinero. En estos espacios cada persona podía ofrecer lo que quisiera, desde ropa y calzado, hasta servicios profesionales o de planchado. El único fin era ayudarse entre todos.

El trueque como alternativa

Para el momento de la crisis del 2001 Claudia Clavero, vecina del departamento de Las Heras, había logrado emprender un negocio propio junto a su marido. Ambos habían llegado de pasar varios años en Canadá y con ese dinero inauguraron un “Video Club”.

“Para este momento teníamos dos hijas y habíamos comenzado con un negocio familiar en casa. Ese momento fue el más duro para nosotros, era difícil lograr tener clientes en ese momento porque al no ser un bien necesario, como la comida, la gente no iba tan seguido”, comentó a Vía Mendoza.

La mujer tenia trabajo en una empresa privada, pero no era suficiente el ingreso para cuatro personas y una casa que mantener. “Yo era el sostén económico de la familia, pero con mi esposo trabajábamos en equipo para que a las nenas no les faltara nada”, dijo.

“Entre las actividades que realizábamos en ese momento era la de los trueques. En las Heras teníamos un punto de trueques muy cercano de casa, en la esquina precisamente, donde llevábamos varias cositas que encontrábamos en casa para intercambiarlas por otras que necesitábamos.

Mis hijas juntaban juguetes que no usaban, ropa, algunos elementos que habíamos traído de nuestro viaje a Canadá en los noventa que solían ser llamativos”, afirmó.

“Generalmente intercambiábamos todas estas cosas por frutas y verduras de las personas que formaban parte de este Club. La pequeñas intercambiaban sus juguetes por su parte con otros niños que iban a lo mismo. Para ellas era un juego, pero era muy triste no poder comprarles siempre lo que querían”, concluyó la mujer que actualmente tiene 52 años.

Los clubes de trueques se ubicaban en diferentes puntos del país,
Los clubes de trueques se ubicaban en diferentes puntos del país,

Una alternativa de trabajo y sostén

Victoria Gonzales es una jubilada que al momento de la crisis del 2001 se dedicaba a vender ropa que traía de otros países o de Buenos Aires. Para ese momento no tenía la posibilidad de viajar porque los pasajes eran imposibles y la ropa no era tan vendida como en otros momentos.

“Me había quedado mucha mercadería que había logrado traer desde el último viaje que hice, y no salía de ninguna manera. Cree promociones, bajé los precios y nada. La cosa no estaba como para darse lujos como comprar ropa”, señaló a Vía Mendoza.

En el marco de la búsqueda de una solución, Victoria optó por los trueques. “Unas amigas me dijeron que les había ido bastante bien con eso y lo vi como una solución muy viable como para, por lo menos aportar con la comida”, añadió.

La mujer tenia como sostén económico a su esposo, que para ese momento tenia un puesto en una institución publica. “A mi me gustaba y me gusta tener mi plata, mientras menos le podía pedir mejor”, dijo.

Los trueques la ayudaron a poder “mover” esa mercadería que tenia aguardada y a intercambiarla por comida o por otros vienes que en el momento necesitaba.