Este martes, la justicia dictó la prisión preventiva de Pablo Arancibia (33), el principal sospechoso del femicidio de Florencia Romano (14), la adolescente que fue encontrada muerta en Maipú el pasado 12 de diciembre. Como se esperaba, la pareja de Arancibia Micaela Méndez (27), la otra sospechosa, fue sobreseída del caso.
Tal como lo solicitó la representante del Ministerio Público Fiscal y los abogados de la familia de la víctima, Arancibia seguirá en la cárcel mientras se lleva a cabo el juicio. El juez que avaló la investigación y las pruebas presentadas por la fiscal Claudia Ríos fue Federico Martínez. La desvinculación del caso de Micaela Méndez ya había sido planteado por la fiscalía y aprobado por el magistrado.
La audiencia fue realizada por videollamada y de manera remota. En ella declararon Arancibia desde el penal, el primo de Arancibia, el papa de Méndez y la fiscal Claudia Ríos, para presentar más pruebas contra el principal sospechoso. Los papás de Florencia acompañaron a sus abogados, pero optaron por no manifestar nada.
Entre la evidencia presentada por la fiscal se destacan dos reveladas este martes: una mancha de sangre hallada en la casa del callejón Berra y cuyo cotejo de ADN dio positivo con Florencia, y cenizas detectadas en un pozo séptico de la vivienda.
Por su parte, Arancibia declaró en la audiencia que es carnicero, que no tiene antecedentes penales -fue denunciado hace años por privación ilegítima de la libertad- y que padece ansiedad y depresión. Por último, pidió seguridad en su estadía en el penal porque según dijo todos quieren matarlo.