El montañista japonés de 86 años Yuichiro Miura partió este miércoles de Japón con destino a Mendoza para emprender su ascenso al Aconcagua, un monte que ya coronó hace treinta años y ahora quiere descender esquiando.
El octogenario esquiador salió del aeropuerto tokiota de Haneda haciala Argentina, donde está prevista su llegada el día 3, con una escala previa en París, para afrontar el desafío de volver a alcanzar la cima más elevada de América del Sur, con 7.000 metros de altura.
"Es una montaña en la que puedo hacer realidad mi sueño", sostuvo Miura en la rueda de prensa de presentación de la expedición, donde describió el Aconcagua como un monte "maravilloso" y destacó sus "impresionante vistas" del Océano Pacífico y Santiago de Chile.
El longevo esquiador accederá al campo base del Aconcagua el 10 de enero, desde donde comenzará el ascenso y descenso que durará aproximadamente tres semanas y realizará acompañado de un equipo de seis profesionales y expertos en montañismo.
Entre los miembros de la expedición se encuentra su hijo, Gota Miura, de 59 años, que fue esquiador olímpico y le ha acompañado en previas aventuras, así como dos personas encargadas de la logística y la comunicación, un médico, dos cámaras y un asistente para la subida.
En su última rueda de prensa, Miura admitió que este podría ser "el último desafío" de su larga carrera como esquiador, que le ha llevado a las cimas más altas de la Tierra y le ha convertido en la persona más longeva en coronar el Everest, con 80 años.
Tras llegar a la cima del Aconcagua, y si su condición física lo permite, Miura tiene previsto realizar una bajada con esquís hasta uno de los campos base situado unos 2.000 metros más abajo.
El octogenario admitió el riesgo que supone su próximo desafío y aseguró que "tomaría la decisión de dejarlo" si viera que no puede llegar a la cima.