En el sur de Mendoza se desarrolló esta miércoles la segunda jornada del juicio a Julieta Silva, la mujer de 30 años acusada del asesinato de su novio, el rugbier Genaro Fortunato. El hecho ocurrió la madrugada del 9 d septiembre pasado a la salida del bar La Mona, en San Rafael.
Este martes, entre llantos, tensión y nerviosismo, Julieta dio su versión de lo que sucedió aquella fatídica noche. Aseguró, una vez más, que no vio a su novio en el piso. Más distendida escuchó, luego, los otros testimonios.
Ente los testimonios estuvo el de una de las hermanas de Genaro, que aseguró que testigos que estaban esa noche en el boliche le habían comentado que Julieta estaba enojada y gritaba y su hermano trataba de calmarla. Para ella, posiblemente, el desentonate de esa discusión fue porque la acusada se enteró que la ex novia del rugbier, Agostina Quiroga, estaba embarazada.
Pese a que desde un principio se especuló con que ese podría haber sido el móvil de la discusión, tanto Julieta como Agostina lo negaron. La primera dijo no saber que Genaro esperaba un hijo y la segunda aseguró que esa noche no le escribió al padre de su hija.
Genaro y Julieta estuvieron juntos cuatro meses. Según amigos de él, era una relación enfermiza e intensa. La familia del rubgier si sabía que salía con ella, pero no la conocían.
Poquito antes de empezar a salir con Silva, Genaro y quien fuera su novia durante cinco años, Agostina, habían terminado la relación. Esta joven había quedado embarazada y al momento de la muerte del padre de su hija, atravesaba el cuarto mes de gestación. Francesca nació en febrero.
Además del amor de Fortunato, a Agostina y a Julieta las enfrentaba el amor pos sus respectivos clubes. Ambas juegan al Jockey, Quiroga en Belgrano Rugby Club y Silva, la categoría de mamis en el club contrario, Banco Mendoza.
Así están las cosas a 11 meses de la muerte de Genaro: Julieta Silva espera la determinación de la Justicia, la familia de él no cree que haya sido un accidente, su hija ya tiene 6 meses y sus amigos y familiares continúan llorándolo y remarcando la excelente personalidad que tenía.