En cuestión de horas, el centro de la ciudad de Mendoza pasó de la euforia a la desazón total. La albiceleste cayó 0-3 ante los croatas y complica su pase a la siguiente fase en el Mundial de Rusia 2018.
Desde los bares, oficinas y hasta en el comercio, las banderas, el color del hincha fue creciendo a medida que se acercaba el partido, pero luego del primer tiempo, sólo se apreciaba caras largas. Muecas de fastidios y hasta calles vacías.
Y llegó el final del partido. Sin palabras, con lágrimas, cabezas gachas y sin respuestas, los mendocinos se paralizaron en medio de una tarde fría.