"Mendoza es una sociedad violeta. La cantidad de homicidios que tenemos por año lo demuestra", remarcó Gustavo Pirrello, uno de los cuatro fiscales de Homicidios del Gran Mendoza quien habló con El Sol.
"Me preocupa, el futuro de mis hijos en una sociedad tan violenta. Trato de transmitir algunos cuidados a tener. No soy un obsesivo. Mi mujer me dice: 'Todos los días vos ves hechos de inseguridad y sos descuidado con esto o con lo otro'. Trato de no trasladar esto a mi casa, en cuanto a la tensión. Lógicamente hay charlas con mi mujer de cómo me fue, cómo está la causa, pero trato de no llevarme la tensión a mi casa. Me preocupa el nivel de violencia en la sociedad", remarcó Pirello.
Gustavo Pirrello comenzó a estudiar abogacía en el 1996 en la Universidad de Mendoza, luego de egresar del Instituto Leonardo Murialdo, y se recibió en el 2005.
Ejerció como letrado particular civilista un año, pero un amigo que por aquellos días era ayudante fiscal –Mauricio Juan, hoy juez– lo motivó para ser parte del Ministerio Público. Desde que rindió, comenzó a moverse en la Oficina Fiscal Nº9 como ayudante para curtirse, la jurisdicción más complicada de la provincia. "Tuve un par de homicidios en dos horas. Y causas con 203 aprehendidos, la barra brava del club Guaymallén, que había captado dos colectivos para ir hasta la cancha de Luján", recuerda.
Fue fiscal de Capital durante más de cinco años, y, a fines del 2016, el procurador Alejandro Gullé lo convocó para liderar la Unidad Fiscal de Homicidios junto con Claudia Ríos, Carlos Torres y Horacio Cadile. Tras la creación de las fiscalías especializadas, no tiene dudas de que está en un lugar que lo apasiona.