Hoy la autoridad máxima de la Iglesia Católica de Mendoza, Mons. Marcelo Colombo, se dirigió en una carta a la Suprema Corte de Justicia provincial. En ella se manifestó en contra de la condena y lo argumentó con citas de una encíclica del Papa Francisco.
"En estos días, a través de los distintos medios de comunicación, hemos escuchado las opiniones de juristas y actores políticos y sociales. Sin lugar a dudas, el interés institucional y académico suscitado, nos habla de la importancia de la discusión, así como la significativa misión que ese Tribunal tiene en liderarla para contribuir eficazmente a la edificación de una sociedad más justa y más fraterna", inició la carta.
"El testimonio de tantas personas que, en calidad de víctimas de un delito, han sufrido personalmente o por la pérdida de vida de sus familiares, nos deja la dolorosa constatación que nada ni nadie ayudará a cicatrizar la herida permanente de cuanto han vivido, que se reabre una y otra vez en situaciones de violencia y muerte", indicó luego el Arzobispo.
"En esa constante tensión se inscribe la misión de nuestro sistema legal penal, especialmente en lo referido a las penas establecidas por la ley, su evolución en vistas a integrar la reparación del mal causado y asegurar que el Estado cumpla con la esperada re-socialización de quienes han delinquido. Si esto último no estuviera en el horizonte vital de las instituciones carcelarias, ciertamente habremos perdido el norte y seguramente se profundizarán los sentimientos de exclusión y descarte de personas, quedando la sociedad, más frágil e indemne ante nuevas y más graves formas delictivas".
Luego Colombo citó textualmente a su Santidad, el Papa Francisco: "Todos los cristianos y los hombres de buena voluntad están llamados, por lo tanto, a luchar no sólo por la abolición de la pena de muerte, legal o ilegal que sea, y en todas sus formas, sino también con el fin de mejorar las condiciones carcelarias, en el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de libertad. Y esto yo lo relaciono con la cadena perpetua. […] La cadena perpetua es una pena de muerte oculta", de esta forma finalizó su postura Marcelo Colombo.