Tras cerrar las puertas del Museo Emilio Guiñazú, la Secretaría de Cultura emprendió una tarea inédita: ejecutar un relevamiento y un diagnóstico digitalizado de las obras que se exhibían en la también llamada Casa Fader.
En esta misión trabajó un equipo de especialistas encabezado por la restauradora Cristina Sonego y por el historiador Pablo Chiavazza. Si bien el registro inicial indicaba que en la casona ubicada en Mayor Drummond había 1.527 obras, en el medio de la auditoría descubrieron alrededor de 200 más.
"Sabíamos que había alrededor de 1.520 obras cuando comenzamos con este trabajo y cuando lo terminamos encontramos que la colección estaba compuesta por 1.727 obras, hemos actualizado también el registro", comenzó a explicar Chiavazza.
El historiador indicó que la colección del Fader es una de las más importantes de Mendoza y del país. Agregó que durante el relevamiento fueron encontradas obras de artistas nacionales que, en general, han sido donadas o adquiridas cuando el museo se creó- por ley- en 1927.