Para bajar el nivel de contagio de coronavirus, el gobernador Rodolfo Suárez apuesta a los fuertes controles para desactivar toda posibilidad de reuniones prohibidas de amigos o familiares que es donde el Gobierno considera que está el principal foco de expansión del virus.
Los datos que tiene el Ministerio de Salud, a través de los rastreos de los contactos estrechos de los contagiados, indican que gran parte de quienes se han infectado de Covid-19 han admitido que participaron de encuentros familiares o de amigos.
Pero además lograron determinar que las juntadas se incrementan entre viernes y domingo o lunes.
Por este motivo, una de las alternativas que se baraja es poner fuertes restricciones durante los fines de semana para bajar la circulación de personas.
Algunas ya empezaron: en los últimos días se han incrementado los controles policiales en las calles en la zona urbana del Gran Mendoza, que es la que concentra el mayor porcentaje de contagios y donde las UTI están casi al límite.
Desde el viernes 2.100 policías están distribuidos en más de 170 puestos fijos para hacer cumplir las medidas, como las salidas por DNI y la prohibición de circular entre las 23.30 y las 5.30.
Con estos controles, en el Gobierno apuestan a desalentar que la gente salga libremente a circular sin respetar las disposiciones vigentes.
Para Suárez, retroceder de fase implica golpear aún más a la economía provincial y, por ende, a la producción privada y al comercio.
Igualmente, si bien el actual decreto con las medidas de Distanciamiento Social tiene vigencia hasta el 22 de setiembre, ante el alarmante aumento de casos el 4 de este mes en el Gobierno indicaron que se iban a tomar 10 días para analizar posibles nuevas medidas.
Por lo que mañana, o en lo que resta de la semana, podría haber novedades.
*Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.