Este lunes se cumple un mes desde que el Presidente decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio en el país, y en Mendoza se evidenció mucho movimiento en las calles céntricas. Con la habilitación de 11 actividades, los mendocinos se relajaron y rompieron con la cuarentena que rige hasta el 26 de abril, y que podría extenderse.
Desde el pasado 15 de abril es obligatorio el uso de tapabocas o de elementos de protección facial, y hubo un alto acatamiento en la provincia. Sin embargo, se cree que esta medida adoptada por el Gobierno local ayudó para que muchos se sintieran confiados para salir de sus casas, ya que muchos se consideran inmunes al utilizarlo.
En las primeras horas de este lunes, una importante cantidad de gente hizo filas y esperó respetando la distancia social en la puerta de distintos locales como farmacias, bancos o en lugares de cobranzas extrabancarias de servicios e impuestos (Pago Fácil, Rapipago, etc.)
Las operaciones en los locales de Pago Fácil y Rapipago funcionó con una atención prioritaria a grupos de riesgo, los mayores de 65 años o con problemas de salud. Además fue por terminación de DNI: este lunes los documentos terminados en 0 y 1. Pero esta medida tuvo ciertos inconvenientes ya que mucha gente no la conocía el sistema de terminación del DNI para ser atendido. De todas formas se vieron filas mucho más descongestionadas.
En las calles del centro de Mendoza la actividad fue "casi normal", con muchas personas y vehículos circulando, y estacionados. Esta es una situación que se viene dando desde la semana pasada, sobre todo en zonas puntuales de la provincia, particularmente en Ciudad, Las Heras y Guaymallén.
En cuanto al transporte público de pasajeros, el secretario de Servicios Públicos, Natalio Mema, indicó a diario El Sol: "Vamos a ver cuál es la demanda que generan estas nuevas actividades para ir acomodando el sistema y garantizar el distanciamiento social que el transporte público requiere".
En los primeros días del aislamiento, el Gobierno provincial indicó que se registró una disminución de un 88% en la cantidad de personas que se movilizaron en el transporte público y se mantuvo la frecuencia al 40%.