Susana Bedrossian es una vecina destacada de Mar del Plata aun sin ese título honorífico que ya merece largamente. Al cumplir 90 años, que en su caso son años de lucha y de compromiso, decidió festejarlo con un encuentro solidario que llegó a reunir más de 100.000 pesos para comedores escolares que tutela el espacio Abrazo Ciudadano. Pero a su vez ella recibió un regalo inesperado: nada más y nada menos que una camiseta de Boca enviada por el mismísimo Riquelme, firmada por Román, y que en la espalda tiene impreso el nombre Susana.
Susana es una persona entrañable que exorciza los sufrimientos y pérdidas que le deparó la vida con mucha alegría en acción y actos solidarios, junto a su hija Marta Abachian.
Por eso ambas, como integrantes del espacio político Abrazo Ciudadano, decidieron que los 90 se festejen con un acto solidario en el Club Unión que deparó nada menos que una recaudación de 100.000 pesos en donaciones para comedores en los que trabaja la agrupación que integra el Frente de Todos Mar del Plata Batán.
Ella decidió que su fiesta de cumpleaños en el Club Unión se transformara en un acto solidario y en medio de la celebración, ante un centenar de personas, Alejandro Veiga, integrante de Abrazo Ciudadano y prosecretario de Boca Juniors, le entregó la camiseta firmada por nada más y nada menos que el máximo ídolo del club de La Ribera, Juan Román Riquelme, hoy vicepresidente del club. “A Riquelme lo admiro como jugador y como persona”, dijo Susana al recibir la camiseta.
Regalo más que merecido para una reconocida hincha de Boca cuyo cumpleaños solidario deparó que más de 100.000 pesos sean destinados para la compra de útiles escolares a los barrios Las Dalias, Santa Rita, Pueyrredón y Las Heras, lugares dónde hace trabajo territorial Abrazo Ciudadano.
Además, el presidente de Unión de Mar del Plata, Leo Cordeiro, le regaló una camiseta de básquetbol “del club de sus amores”, nunca mejor dicho teniendo en cuenta que allí se puso de novia, se casó, fue madre, abuela y bisabuela de deportistas y planilera y dirigente de esa entidad.
La lucha de Susana Bedrossian es desde que nació por su origen armenio, por todo lo que sufrió ese pueblo. Pero ese origen de persecusiones lamentablemente también lo sufrió muchos años después por ser madre de un querido marplatense desaparecido a manos de la dictadura cívico militar, Juan Carlos Abachian, uno de los rugbiers de los libros que rescataron la memoria colectiva y le rindieron tributo a los deportistas desaparecidos argentinos, que integran la lista de los 30000 por los que siguen pidiendo Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Susana por muchos años prefirió asimilar el dolor hacia dentro y recién después se asumió con orgullo como Madre de Plaza de Mayo.
Su decisión de asumirse como Madre de Plaza de Mayo y empezar a tomar parte de las rondas y marchas tuvo que ver con la llegada al gobierno nacional del presidente Néstor Kirchner y sus políticas de Derechos Humanos, tal como lo cuenta su hija.
“Quizá la llegada de Néstor Kirchner, y sus firmes políticas para encarcelar a los genocidas principales responsables de aquella dictadura , aquel día que bajó los cuadros y todo lo que vino después, llevaron inconscientemente a mi mamá a sacarse miedos y enarbolar con orgullo la lucha de su hijo Juan Carlos”, confiesa Marta Abachian.