“Ningún mar calmo, hizo experto a un marinero”, dice la frase y eso es justamente a lo que están acostumbrados los hombres y mujeres que se hacen a la mar. En este caso, luego de dos semanas de travesía, la “Expedición a Isla de los Estados” llegó a su fin y los tripulantes del Velero “Galileo” regresaron nuevamente a Ushuaia sin novedad del personal y con algunas novedades de material.
En la jornada del 6 de enero emprendieron la navegación con rumbo general Este para llegar a Isla de los Estados y realizar actividades que tienen diversas aristas, pero en general fueron homenajes a marinos de la Patria. En esos días de navegación, la vela ocupó el lugar protagónico.
Actividades en Isla de los Estados
En San Juan de Salvamento visitaron el “faro del fin del mundo”, ese es el faro más antiguo del sistema de faros de la Argentina (1884) y que aún está en servicio. Allí vivieron una situación muy emocionante al producirse el accionamiento de la luz de la linterna del faro. Para homenajear al Comandante Luis Piedrabuena (intrépido marino austral) colocaron una placa y reconocieron las ruinas de alrededores para entender, desde una mirada arqueológica y antropológica, cómo se vivía en la isla los últimos años de la década de 1880.
Navegaron hacia Puerto Cook y también, en el refugio, colocaron placas alusivas a Luis Piedrabuena, a los héroes del Crucero A.R.A “General Belgrano” y del Submarino A.R.A “San Juan”. Recorrieron el cementerio, que data de enero de 1900, donde divisaron las lápidas de jóvenes marinos y presidiarios. En esa incursión a pie, caminaron 1 kilómetro por la turba hasta llegar a Puerto Vancouver, donde luego de escalar una montaña, colocaron la cruz que llevaban a bordo para homenajear, de manera simbólica, a los caídos en el Crucero Belgrano.
Isla Observatorio, Isla Año Nuevo y Puerto Parry también fueron escenarios de observación y disfrute para los marinos del “Galileo”, quienes permanecieron intercambiando experiencias y, momentos de camaradería con la gente del Puesto de la Armada Argentina que allí está desplegado.
La vuelta a Ushuaia
Al momento de zarpar, los vientos fuertes de la zona que superaban las fuerzas de un temporal, impidieron que el “Galileo” pueda avanzar hacia el Sur. La dotación intentó realizar maniobras para avanzar en la derrota que habían planificado, pero en voz de Nilo Navas se constató que “las rachas iban de 0 nudos a 50, 60, 70. Era una cosa increíble y no podíamos, porque entrabamos en riesgo”, dijo. Prudentemente, decidieron emprender el cruce del Estrecho Le Maire, que separa Isla de los Estados con la Isla de Tierra del Fuego y la corriente fue favorable hasta la zona de Bahía Buen Suceso, donde las cosas comenzaron a complicarse desde el punto de vista meteorológico.
Esta situación se extendió y tuvieron que fondear en Puerto Español (Bahía Aguirre). Allí, durante la noche se levantó un fuerte viento que superaban los 60 nudos (120 km/h). El capitán ordenó zarpar, ya que el ancla no podía soportar la fuerza del viento y comenzó a garrear (acción que realiza el ancla de una embarcación cuando se desliza y no se sujeta en el fondo, por acción de fuertes vientos o fuertes marejadas). “A la una de la madrugada tuvimos que zarpar. Una maniobra muy complicada, creo que fue uno de los momentos más difíciles que me ha tocado vivir”, dijo Navas. El marino resaltó el espíritu de equipo, el orden y la disciplina que mantuvo el temple de los tripulantes para sobrellevar esa situación. Cabe destacar que todos a bordo eran marinos experimentados.
Lo peor, desde el punto de vista meteorológico, fue en las aguas del Canal Beagle, donde el azote de los vientos y el oleaje le jugaron una mala pasada al velero. Estos embates hicieron perder un fondeo (conjunto de ancla y cadena completa), un motor del bote neumático de a bordo, parte de la palamenta y otros objetos. Aun así, la disciplina a bordo y el espíritu de los marinos no bajó y la respuesta a esta situación se tradujo en trabajo y querer llegar.
Finalmente, llegaron a Ushuaia el miércoles 20, según lo planeado. Amarraron al muelle del Club Náutico AFASyN acompañados por una embarcación amiga que los fue a esperar aguas adentro. En el muelle, fueron recibidos por miembros del Centro de Excombatientes de Malvinas en Ushuaia y amigos. Ahora se encuentran planeando reparaciones y futuras aventuras del próximo verano.
En términos generales Nilo Navas catalogó la expedición como “un éxito total. Pudimos recorrer la isla y observar los accidentes costeros que llevan el nombre de los héroes del Belgrano, que era uno desafío que teníamos dentro de la Isla de los Estados”, remarcó. Sin dudas este fue un evento malvinizador que lleva banderas de paz y soberanía en todos los lugares donde va el “Galileo”.