Tras la recuperación de la Soberanía Nacional en las Islas Malvinas, las reuniones de mediación por parte de Estados Unidos de América, con su enviado, el General Alexander Haig, fueron creciendo. El General Haig, creyó que su país debía cumplir un rol mediador, cosa que le costó la cosecha de detractores políticos que se opusieron firmemente a su opinión.
Haig exponía la postura que el gobierno de Ronald Reagan debía mediar y evitar la reacción de América Latina en contra de su país, si es que este se convertía en aliado de Reino Unido. Así nació una gira intensa de mediación entre ambos países, siendo Londres y Buenos Aires las sedes de las negociaciones.
En Buenos Aires, el General Haig, conversó en la Casa de Gobierno con las autoridades de la Junta Militar y con el canciller. La reunión terminó a las 11:30 hs. Luego almorzó en la residencia del Canciller Costa Méndez.
Pasadas las 23:00 hs se reunió el Comité Militar con la presencia de los 3 Comandantes en Jefe y el canciller Costa Méndez. Trascendió que el enviado de Reagan habría empleado argumentos que remarcaron la posibilidad de que el conflicto argentino-británico pueda internacionalizarse. Esta misma apreciación la había emitido tiempo atrás el Jefe del Departamento de Inteligencia y Brigadas Operativas de la Superintendencia de Investigaciones Criminales, Subcomisario Víctor Hugo Randazzo.
Por otro lado y más de 10.000 kilómetros de distancia, el periódico "The Times", de Londres, hizo trascender por parte de una alta fuente autorizada que, los Estados Unidos apoyarán abiertamente a Gran Bretaña si fracasan los esfuerzos de paz que se vienen haciendo en Buenos Aires.
La escalada fue en aumento y el 16 de abril, el Crucero A.R.A "General Belgrano" zarpó rumbo Sur con derrota costera. Luego los buques de la Armada Argentina, Destructor A.R.A "Piedrabuena", Destructor A.R.A "Bouchard" y el Buque Tanque A.R.A "Puerto Rosales" se le unieron y juntos conformaron una Fuerza Operativa denominada Grupo de Tareas 79.3 (GT 79.3). Por el lado Británico, había enviado 2 submarinos nucleares para preparar la llegada de la flota, que estaba conformada en primer momento por 2 portaaviones y 7 destructores.
De esta forma, los esfuerzos y las negociaciones del General Alexander Haig fracasaron. El mediador regresó a Washington durante la segunda quincena de abril.