Falleció Guillermo Rodríguez, el suboficial que izó la bandera argentina en Malvinas en 1982

El excombatiente sufrió un infarto mientras manejaba su auto a la altura de Chivilcoy.

Guillermo Rodríguez, veterano de Malvinas
Guillermo Rodríguez, veterano de Malvinas

Guillermo Rodríguez fue el primer argentino en izar la bandera nacional en un cuartel de la marina británica en las Islas Malvinas ​el 2 de abril de 1982.

Fue entonces que el soldado se convirtió en un héroe. El excombatiente oriundo de San Juan protagonizó un trágico episodio ya que mientras manejaba en compañía de su mujer por una ruta a la altura de la localidad de Chivilcoy sufrió un infarto y chocó. Mientras era llevado por la ambulancia, antes de llegar al hospital murió.

Aquel 2 de abril, Guillermo tenía el cargo de Suboficial Mayor de Infantería de Marina y encargado de la agrupación de comandos anfibios que descendieron del buque Santísima Trinidad y dieron comienzo al conflicto con Gran Bretaña.

Guillermo Rodriguez y el izamiento de la bandera argentina
Guillermo Rodriguez y el izamiento de la bandera argentina

"Una alegría bárbara sentí", comentó el ex combatiente en la última entrevista que brindó hace algunas semanas al diario La Gaceta. "Giachino (jefe de otra patrulla de comandos anfibios) me encuentra y me dice: Mayor, vio estamos en Malvinas, y le digo sí señor por fin se cumplió, y él me dice 'no me llame señor, llámame Pedro que estamos en combate'". Esa sería la última vez que vería con vida a Giachino, quien fue herido de muerte a las pocas horas durante la toma de la casa del gobernador de las islas.

Mostraba con orgullo la fotografía del histórico momento, en donde también está el comandante Guillermo Andrés Sánchez Sabarots, ambos con las caras pintadas y el uniforme de los comandos.

"Desembarcamos la noche del 1° de abril, a las 23:15 tocamos playa. Todos nos pusimos contentos, porque siempre habíamos estado haciendo ejercicios todos los años y se dio la oportunidad real que era ir a Malvinas", añadía el veterano. Sin embargo, al llegar al cuartel de la marina inglesa, con un megáfono solicitaron la rendición de las tropas británicas. Pero en el lugar no había nadie y los ingleses ya los estaban esperando.

"Ellos sabían que nosotros íbamos y lo habían desalojado el día 1° a las ocho de la mañana y se fueron a cubrir los puntos estratégicos que ellos consideraban como la casa del gobernador, el aeropuerto, el faro, el puerto y dos o tres más", recordó.