"Está demostrado por la ciencia" que la vida empieza desde la concepción, afirmó el padre Germán Maccagno, al mismo tiempo que sostuvo que la diferencia entre un recién concebido y un recién nacido "son nueve meses".
Estas expresiones del titular de la parroquia San José, de la ciudad de Perico, claramente están puestas en el contexto del debate instalado en el país en torno al proyecto de ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo que ahora analizan los senadores nacionales, después de que recibiera media sanción en la Cámara de Diputados.
El sacerdote -muy popular en esta provincia por sus programas de radio y televisión en emisoras y canales de esta capital y el interior-, dijo a propósito del tratamiento parlamentario que "es muy curioso ver cómo algunos practican el ´panquequismo´: se dan vuelta en el aire y en dos minutos cambian de convicciones".
Opinó también Maccagno que el tema de la despenalización del aborto está "totalmente politizado" e interpretó que "es absolutamente contradictorio decir estar a favor de la vida y por eso estar a favor de la interrupción voluntaria del embarazo. Es como decir que yo soy de River, pero me hago de Boca".
Así es como "no les duran las convicciones", advirtió.
Estos conceptos del padre Maccagno fueron recogidos este viernes por la agencia noticiosa AICA.
Al ser consultado sobre los senadores de Jujuy que se manifestaron contra la legalización del aborto, el sacerdote aseguró que esa posición "responde al sentir de los jujeños".
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“El norte, la Argentina profunda, es la Argentina de los valores, y los porteños tienen que aprender a mirar al interior, ahí está la salvación de la Patria, no en estas ideologías que usan el pañuelito verde, que es un signo de vida, pero son pisa brotes”, diferenció.
El padre Macagno explicó que su posición contraria el aborto "es una postura de la razón natural, no de pasiones ni emociones, sino de convicciones".
Tras afirmar que “está demostrado por la ciencia” que la vida empieza desde la concepción, precisó que la diferencia entre un recién concebido y un recién nacido “son nueve meses”.
“Una persona engendra personas, así como los perritos engendran perritos ¿Quién de nosotros puede decidir quién vive y quién no?”, interpeló.
Por último, el padre Macagno consideró que "está mal planteado eso de la vida o la muerte", al señalar que en realidad "se trata de dos vidas: una en crisis, con problemas y dificultades y otra que está en el seno de la madre", completó.