La localidad quebradeña de Tumbaya es uno de los sitios de Jujuy donde cada año se reedita la "República de Santa Anita", feria en la que todo es miniatura y se recrea las distintas instituciones de un Estado, que es comandado por niños.
Cada 26 de julio la Iglesia católica recuerda a santa Ana, la abuela de Jesús, y es en su honor que la singular feria en Tumbaya convoca a pobladores y turistas, que deben inicialmente cambiar su dinero por pequeños billetes, además de tramitar un nuevo documento con su nombre real en diminutivo.
Así lo describió la "presidente" de la República de Santa Anita, Aylin Suárez, de 10 años. "Si no cumplen con eso, tienen que ir a la cárcel y deben pagar una multa de diez pesos para poder salir", agregó la pequeña, que asiste al quinto grado de la escuela de la localidad.
Aylin y otros niños de su misma edad, que ofician de policías, controlaban que todo se cumpla de acuerdo con las reglas.
Este año, en su decimosexta edición, la feria abrió sus puertas a las 9:00, en un predio a cielo abierto a la vera de la Ruta Nacional 9.
"No importa el estado civil que tengan afuera, una vez adentro todos pasan a ser solteros y se pueden casar", dijo el "cura" de la República de Santa Anita quien es conocido como "Roberto Galán", recordando al presentador televisivo que unió decenas de parejas.
El "párroco", que en su vida cotidiana es un vendedor del pueblo y lleva unos doce años al frente de la iglesia de Santa Anita, calculó que cada año en este dáia celebra entre unas 20 y 30 "alianzas matrimoniales", además de realizar "bautizos" y "bendecir" a personas u objetos invocando la protección de Dios y de Santa Anita.
Respecto de los casamientos, contó que le tocó unir a "muchos jujeños y también turistas, como ser de Córdoba, Tucumán y Buenos Aires, inclusive a una pareja de franceses, que llegaron a emocionarse hasta las lágrimas".
La ceremonia se cumple en una pequeña casilla que simula una iglesia, ante la imagen de santa Anita y cumpliendo con los pasos que hacen al ritual matrimonial, con la entrega de anillos, cirios y la libreta de matrimonio. Al cierre, los recién casados bailan el vals y se les entrega una torta.
Al mismo tiempo, quienes llegan al pueblo quebradeño, situado a unos 48 kilómetros de la capital provincial, pueden adquirir recuerdos en miniatura, artesanías, preparados como licores y, a su vez, disfrutar de platos de comida regional y la música en vivo de grupos folklóricos.
Asado de cordero, guaschalocro, tamales, humitas y empanadas fueron algunas de las alternativas más sobresalientes a la hora del almuerzo, mientras que para la merienda, y ya cerrando el evento, la gente disfrutó de preparaciones dulces, como empanadillas de dulce de cayote y api, una bebida caliente a base de harina maíz morado.
La singular feria forma parte de una propuesta impulsada por la Comisión Municipal de Tumbaya, y también incluyó un acto protocolar con la participación de autoridades provinciales y del poblado.