A menos de 24 horas de cumplirse un mes desde el primer ataque del grupo terrorista Hamás a Israel, continúan los intensos bombardeos en la Franja de Gaza, los cuales ya causaron la muerte de más de 10 mil personas, de los cuales casi la mitad son niños y niñas.
El Ejército israelí llamó de nuevo este lunes, a los civiles a abandonar el norte de la Franja de Gaza, bombardeado sin descanso en represalia por el ataque lanzado hace casi un mes. En paralelo a su campaña de ataques, Israel libra desde el 27 de octubre ofensivas terrestres contra Hamás, movimiento al que prometió “aniquilar”.
El Ejército anunció que había llevado a cabo “ataques significativos” en el territorio y afirmó que sus soldados estarían “menos limitados” para actuar si los civiles se van hacia el sur del enclave. Según el general Daniel Hagari, vocero del Ejército israelí, los soldados que operan en Gaza dividieron el territorio en dos, “Gaza sur y Gaza norte”.
Los combates más intensos tienen lugar en el norte, donde, según Israel, se encuentra el “centro” de Hamás. ”Entonces podremos desmantelar a Hamás, bastión tras bastión, batallón tras batallón, hasta que logremos el objetivo final, que es liberar a toda la Franja de Gaza, de Hamás”, dijo el vocero israelí a la agencia de noticias AFP.
Los líderes de las principales agencias de la ONU publicaron este domingo un comunicado conjunto para expresar su indignación ante el creciente número de víctimas. ”Necesitamos un alto el fuego humanitario inmediato. Han pasado 30 días. Ya basta. Esto debe detenerse ahora”, escribieron, pidiendo también a Hamás que libere a los más de 240 rehenes que mantiene retenidos desde el 7 de octubre.
La situación dramática de la Franja de Gaza
Los bombardeos afectan duramente a la población civil gazatí en este pequeño territorio de 362 kilómetros cuadrados poblado de 2,4 millones de habitantes.
Desde el 9 de octubre la Franja de Gaza está en un estado de “completo asedio” por parte de Israel que ha cortado los suministros de agua, electricidad y alimentos. La Franja ya estaba sujeta a un bloqueo israelí por tierra, mar y aire desde que Hamás -considerado como una organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel- tomó el poder en 2007.
El Ejército israelí volvió a responsabilizar este lunes a Hamás de construir túneles debajo de hospitales, escuelas y lugares de culto para ocultar combatientes y planificar ataques, una acusación que el movimiento islamista negó repetidamente, y que sirve de justificación a Israel para bombardear esas instalaciones públicas.
En Israel, más de 1.400 personas fueron asesinadas el 7 de octubre durante el ataque de Hamás, sin precedentes por su escala y su violencia desde la creación de Israel en 1948. Al menos 350 soldados israelíes murieron desde que comenzó la operación terrestre, según el Ejército.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, cuyo país se opone a un alto el fuego que cree que beneficiaría a Hamás, repitió ayer el “compromiso de Estados Unidos para la entrega de ayuda humanitaria vital” a Gaza, durante una visita a Ramallah, en Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967. Más de 150 palestinos murieron en este territorio por disparos de soldados o colonos israelíes desde el 7 de octubre, según la Autoridad Palestina.
La guerra convirtió barrios enteros de la Franja de Gaza en campos de ruinas y provocó el desplazamiento de 1,5 millones de personas dentro del territorio, según la ONU. Por su parte, el paso fronterizo de Rafah, que une Gaza con Egipto, se abrió parcialmente el 21 de octubre para permitir el tránsito de convoyes humanitarios, aunque la ayuda ingresa a cuentagotas.