Este lunes por la tarde, Lula da Silva encabeza una reunión con gobernadores y ministros del Gobierno tras los ataques que tuvieron lugar en Brasilia este domingo. La cita es el Planalto y tiene por objetivo discutir los “atentados terroristas”, según informaron desde la Presidencia.
Flavio Dino, ministro de Justicia brasileño, comparó el ataque con la invasión del Capitolio en Estados Unidos. “Dios bendijo a Brasil”, afirmó el funcionario en referencia a que no hubo ninguna muerte.
“Ayer vivimos el Capitolio de Brasil. Con dos diferencias: la primera, no hubo muertos y, la segunda, es que tuvimos más presos aquí que allá y muy rápido. Lo que demuestra que las instituciones sobrevivieron al estrés al que fueron sometidas. Pero no tengo dudas: ayer vivimos en el Capitolio brasileño”, aseguró.
Cabe mencionar que en las últimas horas trascendió que la agencia de inteligencia de Brasil había advertido sobre la intención de los seguidores de Bolsonaro de “vandalizar bienes públicos y promover actos violentos”.
“La alerta se emitió a primera hora de la mañana del domingo, cuando agentes identificaron que los campistas hacían llamados a otros manifestantes para que se unieran a ellos en el intento de invadir la sede de los poderes”, señalaron.
Lula habló con Biden y Clinton
Mientras trata de bajarse la tensión por los graves hechos del domingo en Brasilia, Lula continúa recibiendo el apoyo de diversas figuras de la política internacional.
Así, este lunes se comunicó con el expresidente y el actual mandatario de Estados Unidos, Bill Clinton y Joe Biden, respectivamente, entre otros.
“Conversé por teléfono con el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, con el primer ministro de Portugal, António Costa, y con el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, que lamentaron los actos golpistas de ayer y manifestaron su solidaridad con el pueblo brasileño”, contó Lula.
Asimismo, detalló: “Acabo de recibir la llamada del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Agradezco la preocupación y solidaridad del presidente Biden y su voluntad de mantener un diálogo permanente entre nuestros países para fortalecer la democracia”.
Procesarán a 1200 detenidos por “terrorismo”
Luego de la irrupción de bolsonaristas en el Congreso, Palacio de Gobierno y en el edificio de la Corte Suprema, el Gobierno de Lula da Silva solicitó al Ejército de Brasil que evacuara la zona, lo que terminó con 1.200 detenidos. Ahora, el juez Alexandre de Moraes los procesará por terrorismo.
Horas previas, el Tribunal Supremo de Brasil ordenó al Ejército que desmantele todos los “campamentos bolsonaristas” que se han levantado desde octubre hasta la fecha en diferentes puntos del territorio brasileño. Además, de Moraes pidió que la policía arreste a “todos los manifestantes que aún quedan en las calles”.
Así, el magistrado expresó que “nada justifica la existencia de campamentos de terroristas, financiados con la complacencia de autoridades civiles y militares de forma totalmente subversiva y sin respeto alguno hacia la Constitución”.
Por su parte, amenazó con llevar a los comandantes y altos cargos de las Fuerzas Armadas, Policía y del Ministerio de Defensa si se mantienen estos campamentos en un plazo de “24 horas”.
Según informó la cadena O Globo, cerca de 1.200 personas fueron arrestadas por el Ejército que empezó a desalojar los campamentos que se encontraban en diferentes partes de Brasil. Ahora, los “golpistas” están siendo llevados a la sede de la Policía Federal en, por lo menos, 40 ómnibus.
Mientras tanto, empezaron a circular imágenes de diferentes puntos de Brasil donde los seguidores de Jair Bolsonaro están realizando cortes en las calles como en rutas, manifestándose reclamando ante un supuesto fraude de Lula Da Silva y pidiendo un “golpe de estado”.
El apartamiento del Gobernador de Brasilia
En otra de las medidas que sorprendió este lunes, fue la decisión de separar de su cargo al Gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, quien horas después de todo lo ocurrido echó a su secretario de Seguridad y grabó un video pidiendo disculpas al presidente Lula.
Ante el caos generado, el presidente Lula decretó la intervención federal del área de seguridad de Brasilia hasta el próximo 31 de enero, con lo que las policías regionales estarán bajo control del Gobierno central durante ese período.
Al menos 400 personas detenidas por los destrozos en los edificios públicos de Brasilia
Se cree que cerca de 400 personas fueron detenidas en Brasilia por haber invadido y destrozado el Congreso, el Palacio del Planalto (sede de Gobierno) y el Supremo Tribunal de Federal (STF) durante la manifestación de miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro que buscaban un golpe de Estado militar para derrocar al mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, se informó oficialmente.
Los detenidos fueron llevados a las sedes de la Policía Civil (investigaciones) de Brasilia luego de que Rocha echara de su cargo al secretario de Seguridad de la capital, Anderson Torres, exministro de Justicia de Bolsonaro, acusado de liberar la zona.
De acuerdo con medios locales, el interior del Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto fueron desocupados luego de una operación que contó con la tropa de choque y el lanzamiento de gases lacrimógenos desde helicópteros, convirtiendo a Brasilia en una plaza de guerra a raíz de la acción de los seguidores de Bolsonaro, que piden un golpe de Estado.
Entre los detenidos se encuentran 30 personas que fueron capturadas por la Policía Legislativa cometiendo desmanes dentro del Congreso.
El mensaje de Jair Bolsonaro tras los destrozos en Brasil
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro rechazó, desde Estados Unidos, las acusaciones del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva de que es uno de los responsables de la invasión golpista de sus seguidores en el Palacio del Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal (STF).
“Repudio las acusaciones, sin pruebas, que me atribuyó el actual jefe del ejecutivo de Brasil”, dijo Bolsonaro, quien por primera vez reconoció, con esta declaración, a Lula como jefe del Estado.
El ultraderechista abandonó el país el 29 de diciembre para evitar culminar su mandato y pasarle el poder a Lula y se instaló en la casa de un empresario en Orlando, Estados Unidos. Bolsonaro dijo que las manifestaciones pacíficas forman parte de la democracia, pero aclaró que “están fuera de las normas” la invasión y vandalismo de predios públicos “como los practicados por la izquierda en 2013 y 2017″.