En marzo de 2016, el Reino Unido anunció un impuesto a la industria de bebidas azucaradas con el fin de alentar la reformulación de las bebidas azucaradas. A partir de entonces, comenzó el estudio por parte de los investigadores para analizar cuáles eran los resultados por esa determinación.
“Examinamos las trayectorias en la prevalencia de la obesidad entre los cuatro y los cinco años de edad y 10 a 11 años, 19 meses después de la implementación de la ley, en general y por sexo y privación”, comentaron desde la Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigación Médica (MRC) de la Universidad de Cambridge, en un estudio publicado en PLOS Medicine.
“Los resultados sugieren que se asoció una menor prevalencia de obesidad en niñas de 6 años, con las mayores diferencias en aquellas que viven en las zonas más desfavorecidas. Se necesitarán estrategias adicionales más allá de los impuestos a las bebidas azucaradas para reducir la prevalencia de la obesidad en general”, concluyeron.
“Necesitamos urgentemente encontrar formas de abordar el creciente número de niños que viven con obesidad, de lo contrario, corremos el riesgo de que nuestros hijos crezcan y enfrenten importantes problemas de salud. Esa fue una de las razones por las que se introdujo el impuesto a la industria de refrescos del Reino Unido, y la evidencia hasta ahora es prometedora. Hemos demostrado por primera vez que es probable que haya ayudado a evitar que miles de niños se vuelvan obesos cada año”, explicó Nina Rogers de la Unidad de Epidemiología de MRC en Cambridge, la primera autora del estudio.
En Inglaterra, uno de cada diez niños de cuatro a cinco años vive con obesidad y esta cifra se duplica a uno de cada cinco niños en el año seis (10 a 11 años). Los exámenes afirman que los chicos obesos tienen más probabilidades de sufrir problemas de salud graves, como presión arterial alta, diabetes tipo II y depresión en la niñez y en la vejez.
En el Reino Unido, al final de la adolescencia, los jóvenes consumen 70 gramos de azúcar al día, más del doble de la cantidad recomendada (30 gramos). Los estudios muestran que en los hogares desfavorecidos tienen más probabilidades de correr riesgo de obesidad y de ser grandes consumidores de bebidas azucaradas.
Cómo se asocia el impuesto a la reducción de la obesidad
A partir del impuesto, se notó una reducción relativa del 8 % en los niveles de obesidad en niñas de seis años, lo que equivale a prevenir 5234 casos de obesidad por año solo en este grupo. Las reducciones fueron mayores en las niñas cuyas escuelas estaban en áreas desfavorecidas: un 9%.
El autor principal del estudio, Jean Adams, de la Unidad de Epidemiología de MRC, explicó: “Sabemos que consumir demasiadas bebidas azucaradas contribuye a la obesidad y que el impuesto a los refrescos del Reino Unido provocó una caída en la cantidad de azúcar en los refrescos disponibles en el Reino Unido, por lo que tiene sentido que también veamos una caída en los casos de obesidad, aunque esto solo lo encontramos en las niñas”.
En cuanto a por qué el impuesto no mostró cambios en los niveles de obesidad entre los niños más pequeños, dicen los investigadores. Los niños muy pequeños consumen menos bebidas azucaradas que los niños mayores, por lo que el impuesto tuvo un efecto menor. Los jugos de frutas no están incluidos en el impuesto, pero aportan cantidades similares de azúcar en las dietas de los niños pequeños que las bebidas azucaradas.
No obstante, se desconoce por qué el impuesto al azúcar podría afectar la prevalencia de la obesidad en niñas y niños de manera diferente, especialmente porque los niños son mayores consumidores de bebidas azucaradas. Una explicación que propusieron los investigadores es el posible impacto de la publicidad: numerosos estudios han encontrado que los niños a menudo están expuestos a más contenido publicitario de alimentos que las niñas.