La crisis política y el estallido social en Perú no cesa y tuvo su peor jornada este viernes, ya que se registraron ocho muertos que suman un total de 17 víctimas fatales desde que comenzaron las protestas hace poco más de una semana.
Los enfrentamientos son protagonizados por seguidores del mandatario destituido, Pedro Castillo, y sucedieron en Ayacucho, 560 kilómetros al sur del país. También hubo incidentes con otro muerto en Junín, a 230 kilómetros de la capital. En lugar de hacer un llamado pacífico desde su detención, Castillo viene llamando a las manifestaciones. La militancia del expresidente reclama su liberación, el cierre del Congreso, el llamado a una Asamblea Constituyente y elecciones anticipadas.
Por su lado, la presidenta Dina Boluarte, decretó el Estado de Emergencia en busca del oden público: así, suspendió derechos como el de reunión y libre tránsito y envió a las fuerzas armadas para colaborar con la Policía. Sólo logró empeorar el contexto.
Este jueves por la noche se dictó el toque de queda en 15 provincias y ya tuvo sus primeras bajas en el gabinete ante esta situación: renunciaron los ministros de Educación y de Cultura.
Castillo quiso cerrar el Parlamento, ordenó el toque de queda y anunció la puesta en marcha de un Gobierno de facto, de emergencia y por decreto. Su intento fue desactivado en apenas dos horas por el rechazo de las fuerzas armadas a sumares a la rebelión.
Baluarte, en prinicipio, dijo que “cumpliría el mandato de Castillo hasta 2026″ pero debió retroceder luego de que se registraran los primeros dos muertos en las manifestaciones. Por el contrario, envió un proyecto al Congreso para llamar a elecciones en abril de 2024. Ahora, los comicios podrían ser en diciembre de 2023 o incluso antes.
La situación se agrava en Perú
Además de marchas, también hay saqueos y ataques a los aeropuertos. En Lima, la terminal aérea más importante del país solo acepta el ingreso de pasajeros con ticket, sin familiares en la despedida.
El clima se tensa y a partir del decreto de Estado de Emergencia por 30 días para todo Perú, las fuerzas armadas contrarias al golpe empezaron a colaborar con la Policía Nacional. Por lo que el país amaneció militarizado este viernes: hay soldados y tanques desde el centro de Lima hasta en el interior.
La protesta en Ayacucho había comenzado el jueves de modo pacífico, hasta que los manifestantes intentaron tomar el aeropuerto local. Es la misma modalidad que usaron en Arequipa, Cusco, Andahuaylas y Juliaca.
Según la policía usaron piedras y explosivos caseros. Las fuerzas de seguridad reprimieron y, según confirmó la Dirección Regional de Salud de Ayacucho, resultaron muertas ocho personas además de decenas de heridos.
La noticia de los fallecidos provocó la ira de los manifestantes que atacaron el edificio del Ministerio Público: quemaron la puerta principal, parte de algunas oficinas y vehículos estacionados, al igual que la sede de la Fiscalía y de los juzgados de paz.
Cortes en todo el país
La Policía despejó los cortes de ruta en la Panamericana Norte y Sur del país. Este viernes quedaba uno importante en Ocoña a la altura de Arequipa, 800 kilómetros al sur de Lima. Con dinamita de minería ilegal hicieron caer grandes piedras sobre la traza.
El municipio emitió un comunicado en el que le pidió a los vecinos el uso racional del agua porque por el corte no tienen más combustible para hacer funcionar la bomba que abastece de agua a la población.
Pasada la medianoche y con la cifra de víctimas en Ayacucho, Boluarte se expresó en las redes sociales. Pero antes de ese mensaje, la presidenta profundizó las medidas con el toque de queda para las regiones más convulsionadas de Cusco, Arequipa, Ica, La Libertad, Apurímac, Puno, Huancavelica y Ayacucho.
El decreto establece el toque de queda desde la tarde hasta las cuatro de la mañana en 15 provincias. “Las personas pueden circular por las vías de uso público para la adquisición, producción y abastecimiento de alimentos, lo que incluye su almacenamiento y distribución para la venta al público”, señalaron las autoridades.
