El papa emérito Benedicto XVI falleció este sábado a los 95 años en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Los líderes del mundo no tardaron en expresar su pesar a través de sus respectivas redes sociales.
El canciller alemán, Olaf Scholz, fue uno de los primeros en lamentar el fallecimiento de Joseph Ratzinger, a quien describió como un “teólogo inteligente” con una “personalidad controvertida”.
“Para muchos, no solo en este país, era un líder especial para la Iglesia”, expresó a través de su cuenta de Twitter. “El mundo ha perdido una figura formadora para la Iglesia Católica”, agregó.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, también utilizó su red social para enviar un cálido mensaje. “Mi pensamiento está con los católicos de Francia y del mundo, afligidos por la partida de su santidad Benedicto XVI, que luchó con alma e inteligencia por un mundo más fraterno”, escribió.
La ministra de Italia, Giorgia Meloni, lo calificó como un “gigante de la fe y la razón”. “Puso su vida al servicio de la Iglesia universal y ha hablado, y seguirá hablando, al corazón y a la mente de los hombres con la profundidad espiritual, cultural e intelectual de su Magisterio”, comentó.
“Me entristece saber de la muerte del Papa Emérito Benedicto XVI”, tuiteó el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak. “Fue un gran teólogo cuya visita al Reino Unido en 2010 fue un momento histórico tanto para los católicos como para los no católicos en todo nuestro país”, sumó.
Qué dijo la Conferencia Episcopal de la Argentina
A través de la página oficial del episcopado, los obispos argentinos publicaron este sábado su pesar por el fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI a través de un comunicado:
Los obispos argentinos unidos a todo el santo pueblo fiel de Dios, rezamos por el eterno descanso del Papa emérito Benedicto XVI, que ha partido en el día de hoy a la casa del Padre.
Damos gracias por su servicio a la Iglesia universal, con una entrega generosa y hasta el final de su vida, con su fe robusta, su esperanza incólume y su caridad ejemplar. Firmemente arraigado en Cristo, ha ofrecido a la Iglesia un magisterio que alimenta su andar peregrino y evangelizador.
Cuando la fragilidad de su salud no le permitía continuar ejerciendo su misión enteramente, tuvo la grandeza de renunciar en función de la Iglesia a la que amó entrañablemente. Desde entonces, supo cuidarla con su oración asidua e interceder por ella ante Dios; en palabras del Papa Francisco, “ha sido una gracia que sostuvo y sostiene a la Iglesia”.
Imploramos que brille para él, la Luz que no tiene fin, Cristo, buen Pastor. Que la Virgen María, San José, su patrono, y todos los santos salgan a su encuentro para entrar en la morada de Dios.