El Vaticano comenzó a organizar la gira que traerá al Papa a la Argentina el año que viene

Se trata de los primeros análisis para garantizar el arribo y estadía del pontífice en nuestro país. El viaje incluiría a Uruguay y el sur de Brasil.

El Vaticano comenzó a organizar la gira que traerá al Papa a la Argentina el año que viene
Francisco saludando a los fieles.

A diez años de la elección de Bergoglio como nuevo Papa y cabeza de la Iglesia Católica, comienza a tomar forma un presunto viaje del pontífice a América del Sur, que tendrá como epicentro a la Argentina.

Así lo detalló TN este domingo, luego de afirmar que en el Vaticano se están llevando adelante los análisis previos para organizar la visita de Francisco a nuestro país. Si bien se especulaba que además de venir al país, la gira de Bergoglio incluiría Uruguay y se sumaría el sur de Brasil, la ciudad de San Pablo y el santuario de la Virgen de Aparecida.

Se especula que la fecha del arribo del jefe de la Iglesia puede estar entre los meses de marzo, abril o mayo de 2024 porque es un momento del año en el que el clima es más benévolo si se tiene en cuenta la movilización de personas y la realización de eventos a cielo abierto.

En paralelo, la gira de Francisco está pensada para un momento en el que las elecciones no sean objeto de distorsión en su recorrida pastoral, es por eso que la misma se llevaría a cabo con las nuevas autoridades ya en ejercicio en el país.

En tanto, la iglesia argentina puso en marcha en los últimos días una estrategia para buscar entre las fuerzas políticas acuerdos básicos para poner en práctica tras la realización de los comicios.

Según señala TN, en los últimos meses Francisco empezó a tener definiciones fuertes respecto de su país que algunos observadores consideraron que fueron para “despegarse” del kirchnerismo.

En tanto, desde la Iglesia aseguran que lo hace para dejar en claro su prescindencia partidaria y así descontaminar políticamente su viaje. En rigor, su relación con el presidente Alberto Fernández está muy deteriorada y tampoco fue óptima con Cristina Kirchner hacia el final de su presidencia.