El Papa Francisco se encuentra visitando Francia, en donde este sábado realizó una misa en Marsella para 50.000 personas, en donde también se hizo presente el presidente local, Emmanuel Macron. El encuentro religioso tuvo lugar en el estadio Velódromo.
En ese marco, Francisco destacó el valor de la “vida humana, que hoy es rechazada en tantas personas que emigran, así como en tantos niños no nacidos y en tantos ancianos abandonados”, en línea con su pedido por más apertura a los migrantes que marcó sus cuatro discursos en Marsella.
Recibido con aplausos y cantos, el Sumo Pontífice giró en el papamóvil mientras desde una de las tribunas los fieles desplegaban una bandera de varios metros de altura con su cara y parte del “skyline” marsellés, en un gesto que puso de evidencia la pasión por Francisco.
Luego, desde la misma tribuna se formó la palabra “Merci”, en agradecimiento al Papa por su visita, en el que fue su viaje 44 como Pontífice fuera de Italia.
“Nuestras ciudades metropolitanas y los numerosos países europeos como Francia, donde conviven culturas y religiones diferentes son, en este sentido, un gran desafío contra las exasperaciones del individualismo, contra los egoísmos y las cerrazones que producen soledades y sufrimientos”, dijo en su homilía.
En uno de los palcos del estadio, Macron fue uno de los asistentes a la misa junto a su esposa Brigitte, sentados una fila detrás de la exdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI) y exministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde.
Antes de la misa, el Papa y el mandatario se reunieron a solas por media hora en el palacio Faro local. Luego, Francisco recorrió las calles de Marsella con 100.000 personas que salieron a saludarlo en la zona del Velódromo, de acuerdo a las autoridades.
Tras la misa, en una serie de saludos a las autoridades locales, el Papa recordó “a los hermanos y hermanas que han venido de Niza, acompañados por el obispo y el Alcalde y que han sobrevivido al terrible atentado del 14 de julio de 2016″, en referencia al ataque en el que fallecieron 86 personas atropelladas por un camión secuestrado por un integrista islamista en una avenida costera de la sureña ciudad gala.
“Recordemos en la oración a todos los que perdieron la vida en esa tragedia y en todos los actos terroristas perpetrados en Francia y en todas partes del mundo. Y no nos cansemos de rezar por la paz en las regiones asoladas por la guerra, especialmente por el martirizado pueblo de Ucrania”, planteó.
Entre los saludos, el pontífice incluyó además a “las personas necesitadas y para todos los trabajadores de esta ciudad”. “¡Que la dignidad de los trabajadores sea respetada, promovida y protegida!”, reclamó.