Los jubilados atraviesan un preocupante presente debido al incremento del costo de vida, los medicamentos y las coberturas de salud. A ese escenario se le suma la vulnerabilidad habitacional.
En los últimos 20 años, se duplicó la cantidad de adultos mayores que alquila. El dato surge de un relevamiento realizado por la Fundación Tejido Urbano.
La entidad hizo un cruce y seguimiento de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). La investigación indica que la tercera edad enfrenta serios problemas habitacionales. Uno de los factores que lo deja al descubierto es la creciente inquilinización, que se suma al déficit en cobertura de salud y de transferencias económicas.
Números preocupantes sobre la realidad de los adultos mayores
- El primer trimestre de 2024 revela que en Argentina hay más de 359.000 adultos mayores que alquilan su vivienda. Un número que se duplicó en los últimos 20 años, en 2004, eran poco más de 164 mil.
- La población mayor de 60 años que alquila representa el 7,25% de la población adulta mayor y el 6,58% del total de inquilinos a nivel nacional.
- Corrientes, Catamarca, Santiago del Estero y Resistencia presentan bajos índices de personas mayores que alquilan. Como contraparte, CABA tiene la proporción más alta y otras ciudades, como La Plata, Santa Fe, Neuquén, Mendoza y Río Gallegos también registran una proporción relevante de adultos mayores inquilinos, fenómeno que puede vincularse con procesos históricos de migración interna que impulsaron el crecimiento urbano en décadas pasadas.
- Más del 33% de los adultos mayores inquilinos (121.265 personas) nacieron en otra provincia o país, migrando en busca de oportunidades laborales o mejor calidad de vida, pero sin lograr consolidar un acceso seguro a la propiedad de la vivienda.
“Ante estos datos, el acceso a la vivienda en la tercera edad representa un desafío considerable para quienes no han logrado adquirir una propiedad y deben continuar en el mercado de alquiler. Ser inquilino en esta etapa de la vida implica enfrentar retos que van más allá del pago mensual del alquiler, con implicancias significativas en términos de calidad de vida y bienestar”, señalan desde Fundación Tejido Urbano.