Este fin de semana llega la Tormenta de Santa Rosa a la Argentina y muchas personas no saben por qué es habitual que caiga durante estos días. Mientras estamos a la espera de que llegue, la explicación y las recomendaciones que hay que tomar para enfrentarla de la mejor manera.
El estudio que lo puede comprobar
El Servicio Meteorológico Nacional compartió una investigación en la que analiza la cantidad de veces que las lluvias han caído cerca o el mismo 30 de agosto. Los resultados del informe son la ocurrencia de tormentas en la Ciudad de Buenos Aires en fechas próximas al 30 de agosto (entre el 25 de agosto y el 4 de septiembre), sobre la base de las observaciones hechas en el Observatorio Central Buenos Aires durante el período 1906-2024.
El criterio tenido en cuenta fue contabilizar cada año con el o los días de tormenta que hubo y la cantidad de agua que cayó. En caso de haber más de un caso, se tuvo en cuenta el que acumuló más agua.
Sin embargo, vale aclarar que a veces cayeron tormentas antes del 2025 de agosto, que fueron consideradas la Tormenta de Santa Rosa por la gente.

Los resultados del análisis de las Tormentas de Santa Rosa
El Observatorio Central Buenos Aires, de los 119 años de registro, identificó en 68 oportunidades (57% de los casos), que se produjeron tormentas en los días próximos al del santoral de Santa Rosa de Lima, aunque no siempre hayan sido en mucha cantidad.
La lluvia del año pasado es una de las más recordadas porque fue una de las más intensas registradas en la ciudad, con un total de precipitación acumulada de 118 mm, afectando también a gran parte de la zona central del país.
Por qué se producen las tormentas cerca del 30 de agosto, día de Santa Rosa
Las tormentas que suelen registrarse a fines de agosto, conocidas popularmente como las “tormentas de Santa Rosa”, tienen una explicación climática. Durante el invierno no se generan tormentas convectivas porque faltan las condiciones energéticas necesarias; sin embargo, al acercarse el equinoccio de primavera en el hemisferio sur, alrededor del 22 o 23 de septiembre, la inclinación del eje terrestre permite un mayor ingreso de radiación solar en esta región.
Desde finales de agosto comienzan a modificarse los patrones de circulación atmosférica: el arribo de aire cálido y húmedo desde el norte, la mayor radiación solar y la entrada de perturbaciones sinópticas desde el oeste crean un ambiente propicio para el desarrollo de fenómenos intensos. A esto se suma el contraste térmico entre un Polo Sur aún muy frío y un continente austral en proceso de calentamiento, condiciones ideales para que aparezcan tormentas en cercanías del 30 de agosto.
