Desde el 2013 la Asamblea General de las Naciones Unidas decretó que todos los 30 de julio serían conmemorados como el Día Mundial contra la Trata de Personas.
Muchos hombres, mujeres y niños en todo el mundo son privados de su libertad al ser sometidas a diversas situaciones de violencia. Las más comunes son la explotación sexual y laboral sin poder salir de estas situaciónes. Realizan trabajos forzados y servidumbre doméstica. También son sometidos a la extracción de órganos de forma ilegal.
El objetivo de esta fecha es concientizar y difundir información sobre uno de los más graves delitos de violación de los derechos humanos y sinónimo de esclavitud del siglo XXI.
Un ejemplo internacional en la pelea contra la trata es Alika Kinan. La mujer argentina fue secuestrada y obligada durante 16 años a prostituirse. Fue la primera sobreviviente de esta red en el país y la justicia ordenó una indemnización para ella como forma de “reparación por los derechos violados”,
En el año 2012 logró escapar y casi cinco años después fue distinguida en Estados Unidos como “Heroína” por haber “defendido incansablemente los derechos de mujeres a nivel provincial y nacional”.
La voz de una sobrevivente de la trata en primera persona
Alika Kinan cuenta la dura realidad que le tocó vivir de chica. Su madre la abandonó cuando ella tenía 15 años y su hermana menor 9. No tenían plata para comer, ni para vestirse y una propuesta laboral llegó con la ilusión de cambiar su realidad.
“Me dijeron que iba a la inauguración de un boliche (bar), que iba a ganar mucho dinero, así que no lo pensé”, cuenta Alika. El local al que hace referencia se llamaba “El Sheik”. Sin embargo, cuándo entró se dio cuenta de que las promesas no iban a ser verdad.
“Las condiciones eran de hacinamiento. Vivíamos en el bar y ahí éramos explotadas sexualmente”, recuerda.
“Teníamos que estar con 20 o 30 hombres por noche, nos obligaban a consumir alcohol, teníamos que beber muchísimo, en algún momento usábamos drogas para resistir las noches tan largas”, detalla con dolor.
Los proxenetas, dueños de la red de trata que sometían a Alika Kinan y a otras mujeres, se quedaban con el 60% de lo que producían. De lo que quedaba para ellas, les descontaban el cuarto, la comida, la limpieza.
“Si rompías una copa, la tenías que pagar, si llegabas cinco minutos tarde te descontaban, si te retrasabas con un hombre te lo descontaban, los profilácticos que usabas también te los descontaban”, explica Alika, quién era explotada brutalmente y sin embargo, acumulaba deudas con estos hombres que se beneficiaban de ella.
Cómo operan las redes de trata
“El secuestro es sólo un agravante de la trata”, explica Alika Kinan. “Algunas personas creen que te tienen que secuestrar o encontrar a la mujer con una jeringa en la vena para ser víctima de trata, y eso no es verdad”, aclara desarmando los mitos más comunes que circulan sobre esta temática.
En su caso, fue “captada” y trasladada en avión hasta Tierra del Fuego. Aprovecharon su vulnerabilidad y la necesidad de tener un plato de comida luego del abandono de su madre.
La mujer comenta que este es uno de los métodos más comunes con los que operan las redes. “Ofrecer ayuda cuando alguien está realmente muy necesitado con un interés de por medio”, agrega.
Según la ley en Argentina, este delito consiste en el “ofrecimiento, captación, traslado, recepción o acogida de personas con fines de explotación”.